Paranoia



Hoy sale de la cárcel esa estúpida. Le cayeron pocos años para lo que me hizo. Y dice que prefiere mil veces la cárcel a vivir conmigo y que lo volvería a hacer una y mil veces mas…
Si no hubiera sido por mi, se moriría de hambre, esa inútil. Sería una vieja puta con un montón de secuelas de los años de oficio, pudriéndose entre la mugre.
Puta.
Gracias a que yo me casé con ella pudo vivir mejor de lo que nunca se había imaginado. Y así me lo agradeció.
Toda la vida pasó quejándose.
Primero, porque yo no quise tener hijos.
¿Para que?. Para tener que trabajar como un cabrón y alimentar a unos mocosos que luego te salen, ellos maricones y ellas putas. Tener que vivir avergonzado por culpa de esos cretinos después de haberlos criado. Bueno, sólo se le ocurre a una ignorante como ella.
Luego, porque no la dejé trabajar. Ya tienes bastante trabajo en casa si lo quieres hacer.
Lloriqueando toda la vida: que no estudié una carrera para estar todo el día metida en casa. No, fuiste a la Universidad para ver si pescabas algún incauto, como hacéis todas. Bueno, pues ya lo pescaste. Listo.
Después, que no podía ir a ver a su madre.
Tu madre tiene mas hijos. Que la visiten ellos. Tu obligación es atenderme a mí.
Mas tarde, porque no quería estar todo el día ayudándome a resolver mis dudas legales.


Verán: yo tengo la teoría de que siempre estamos bordeando la ley. Un descuido mínimo y ya estás del otro lado.
No se, cualquier tontería.
Alguien te pide un favor y te mete en un lío. A veces será sin querer, pero las mas, es a conciencia, porque la gente es dañina por naturaleza y anda mirando siempre como sorprenderte en tu buena fe, para joderte.
Comprenderán que yo no puedo vivir así con esas dudas, yo tengo que saber que alegar en el juicio.
¿En cual juicio?. Están igual que ella. Pues en el juicio que tendré si me denuncian esos cabrones.
¿Que, que cabrones?. Esos, los que siempre están al acecho para denunciarte

Entonces, yo le expongo los cargos que hay contra mi y ella debe razonar como lo haría mi abogado defensor. Yo siempre asumo el papel del abogado de la parte contraria, porque tengo que saber todo lo que piensa alegar contra mi.
Así puedo pasarme días, semanas y hasta meses; sufriendo, preocupado, porque una vez expuestos los razonamientos de ambos letrados, no se que va a sentenciar el juez. Hay que atar bien todos los cabos y luego ponerse en su lugar, para poder deducir cual será el veredicto.
Y esta imbécil llorando, histérica, porque no sabe argumentar, “ porque yo no soy abogado, porque yo no soy juez….no se leyes”.
No, tú sólo sabes llorar.
No hace falta saber leyes. Hay que tener sentido común, que desde luego, es algo que tú no tienes.
Y claro, como es una ignorante y no sabe usar el cerebro, el poco que tiene, tengo que acabar por acudir a un abogado,¡ con lo que cobran ¡…
¡ No saben el trabajo que cuesta que comprendan el caso ¡. Siempre comienzan diciendo que no ven delito. Tengo que explicarles hasta la extenuación todas las posibilidades de denuncia, que ellos no ven así de buenas a primeras.
Parece mentira que ejerzan y no conozcan bien el código penal. Después de muchas vueltas, muy pocos acaban admitiendo la posibilidad de delito. Otros me miran como si estuviera loco y alguno me aconseja olvidarme de juicios y vivir tranquilo. ¡Capullos!. Yo viviría muy tranquilo si me dejaran.

Tiene que acompañarme, que siempre se resiste, porque necesito que aprenda de memoria los argumentos del letrado, debido a que yo no soy capaz de recordar y tengo la necesidad de que me los repita en casa varias veces, para yo poder afianzar mis argumentos contra el abogado de la acusación ( a estas alturas ya tengo que hacer los dos papeles ¿no es para matarla? ) y hacer que pierda el caso. Es preciso tener los temas bien hilvanados y que no haya sorpresas.
Solamente tiene que recordar una sencilla argumentación, solamente eso, e írmela diciendo según la voy necesitando y todas las veces que sea preciso. Y un día me dice una cosa y al siguiente otra; es para volverse loco; así no se puede vivir, con esa sin substancia. Que falta de consideración. Que falta de delicadeza. Que falta de cabeza…

Y encima, llora desesperada, para sacarme de quicio; porque ella no es una grabadora, porque le duele la cabeza, porque quiere salir “a que le de el aire”. Lo que quiere es que los albañiles de la obra de al lado, le digan groserías desde el andamio.
¿Que ya tienes 65 años, que qué te van a decir?. A esos salidos les vale cualquier cosa. No reparan en la edad.
No son como yo. A mi sólo me van las jovencitas. Pero las jovencitas con curvas, no esas anoréxicas que se ven a veces por ahí.
Con un buen culo y un buen par de tetas. Como debe ser.

Bueno, sigamos con lo mío. ¿Qué va a sentenciar el juez?. Y me contesta la muy imbécil que el juez dirá que soy inocente, porque ella no ve ningún delito, que todo son paranoias mías. Delirios sin pies ni cabeza.
Que sin delito no puede haber ni juicio. Que hemos estado perdiendo el tiempo, como tantas y tantas veces a lo largo de los cuarenta años que llevamos casados. Que lo que tengo que hacer es ir al psiquiatra de una vez, y dejarme de jueces y de abogados.

Y, además se enfurece como una loca, porque la llamo inútil y puta.
Con la cantidad de veces que la he llamado inútil y puta y se enfada hoy, precisamente.
Cuando acaba de coger la tabla de la cocina y sin pensarlo dos veces, se gira en redondo con ella asida con las dos manos, gritando como una histérica, y me da en plena frente con toda su fuerza, la muy pu…
Así de esta manera tan tonta me provoca un traumatismo craneoencefálico.
Y naturalmente, me mata.

Después de cientos de miles de veces de llamarla puta, y de celebrar juicios imaginarios y de no dejarla salir, porque tiene que estar a mi servicio, que para eso me casé con ella, va y me mata hoy, por nada, esta impresentable.

Adosinda, reina de Asturias




 Genealogía de la reina.

Por parte de madre era nieta de Pelayo el primer rey de Asturias. Aquel de la mítica batalla de Covadonga.
Pelayo casó con Gaudiosa. Tuvieron varios hijos, no se sabe cuantos ni sus nombres. Citaremos los tres conocidos: Freiluba, Favila y Ermesinda, madre de Adosinda.


Linaje del padre: El abuelo fue Pedro, duque de Cantabria y primo de Pelayo. Desconocemos con quien casó. Tuvo dos hijos del matrimonio Alfonso y Fruela.
Alfonso caso con Emersinda y es por tanto, que sepamos, el padre de Adosinda, Fruela y Vimarano, ( éste asesinado por su hermano Fruela ), y de otro nacido de una relación con Sisalda, una esclava musulmana: Mauregato ( quien como la mayoría los hijos bastardos de reyes, jugará un papel importante mas adelante ).

Situado el linaje, vamos a ver como llegó a reina.

A Pelayo ( 718-737 ) le sucede su hijo Favila, ( 737-739 ) que, como vemos reinó sólo dos años. Murió, según dicen, despedazado por un oso.

Muerto Favila le sucede el marido de su hermana Emersenda, primo y yerno de Pelayo. Ya se ve que las mujeres no heredaban.

Fue Alfonso I el Católico ( 739-757). Luchó sin descanso contra los musulmanes.

A su muerte le sucede su hijo Fruela ( 757- 768 ) quien caso con Munia, prisionera de los vascones e hija del galo Eudo. Son los padres de Alfonso II, de Aurelio y de Jimena, madre de Bernardo del Carpio, el de la canción de Roldán.
Cuando muere asesinado Fruela, Adosinda temiendo por la vida de su sobrino Alfonso, lo envía al monasterio de San Julián de Samos en Lugo, para darle protección y formación cultural.

A Fruela, le sucede Aurelio ( 768-774 ). Se sabe que vivió en paz con los musulmanes. Protegió a Adosinda a quien mantuvo en la corte.

Muerto Aurelio, le sucede Silo (774-783 ), marido de Adosinda, con quien se había casado por amor, cosa rara en aquel tiempo.
Como vemos estábamos igual que ahora, reinaban sólo los hombres. El trono le correspondía a ella por linaje, pero el rey fue su marido y el linaje cambió.

Silo era hijo de Fruela el hermano de Alfonso I, por lo que los esposos eran primos.
El nuevo rey trasladó la corte desde Cangas de Onis, a Pravia la antigua Flavium Avia de los romanos.
La situación estratégica y defensiva de Pravia era mucho mejor, ya que era un centro de comunicaciones de las antiguas vías romanas. Por ella pasaba La Mesa que conducia a Astúrica ( Astorga) y posibilitaba una buena comunicación con el resto de los territorios.
Vivió en paz con los musulmanes, pero tuvo que luchar contra los gallegos.
Por Silo esta firmado el primer documento que se conserva de esa época.
El matrimonio no tuvo hijos varones.
A la muerte de Silo, la reina Adosinda lucha para hacer rey a su sobrino Alfonso, el hijo de Fruela, lo cual intenta lograr con mucho empeño y la ayuda de los nobles. Pero la mayoría se resisten, temiendo represalias de éste por la muerte de su padre.
Aprovecha la circunstancia su hermanastro Mauregato, quien pactando con el emir Abderramán, al que promete pagar cada año un tributo de cien doncellas, ¿ leyenda ?, cincuenta nobles y cincuenta plebeyas, se hace con el trono. Destierra a Alfonso a Alava, donde tuvo que huir a uña de caballo, y obliga a Adosinda a ingresar en un convento, concretamente en Santianes de Pravia ( foto), en el que profesa el 26 de noviembre de 785 y en el que residió, hasta su muerte, con su hija Maria y sus damas.

Como se ve, la reina Adosinda vivó en una época muy difícil sobre todo para las mujeres, relegadas a consortes o a monjas.

No llegó a ver en el trono a su sobrino Alfonso quien reinó como Alfonso II el Casto y trasladó la Corte a Oviedo. Con el se extingue esta rama de la dinastía .

Piedra laberintica del rey Silo. La original era una piedra con unas dimensiones de 52,96 cm. de largo por 42,15 de ancho y un espesor de 12 cm formada por 19 columnas y 15 filas, con 285 letras talladas en capital romana formando la frase «SILO PRINCEPS FECIT» partiendo de la S central ( La combinación de las letras de columnas y filas dan un resultado total de 45.760 repeticiones de la frase ).
La piedra actual está situada sobre el dintel de la puerta de entrada de Santianes en el mismo lugar que la original, de la que se conserva un trozo.

El misterio de los fuegos



Estábamos muy preocupados con el asunto de los fuegos.
Comenzaron ardiendo montones de heno, pero luego siguieron cobertizos, pajares, coches y ahora un hórreo.
Mucha gente en el pueblo estaban seguros de que era el chico de los gitanos y todo porque una vez roció con gasolina y prendió fuego al perro del alcalde, que lo había mordido; el perro, no el alcalde. Aunque si el perro mordía era porque el amo lo había enseñado a ello ( cuando un perro te muerde es como si lo hiciera el amo).
La guardia civil lo llevó al cuartel y lo interrogó en presencia del patriarca del clan. Llegaron a la conclusión de que el chico nada tenía que ver con los fuegos.
No obstante, el pueblo casi entero pensó lo contrario y les hicieron la vida imposible hasta lograr echarlos, la noche en la que ardió la cuadra de la tía Cilicia. Todo el personal masculino y alguna fémina exaltada fueron derechos a la casa de los Heredia provistos de gasolina y lo que es peor : de escopetas. Menos mal que la casa estaba muy en las afueras y dio tiempo a que llegara la guardia civil, avisada por mi.

La siguiente noche (los fuegos ocurrían siempre de noche), todo el mundo se relajó. Mal hecho porque esa noche ardió una casa por primera vez.
Han sido los Heredia.
Pero como van a ser si se han ido.
Alguno volvió por la noche. Hicimos mal en descuidarnos.

La siguiente noche, hubo guardia en los dos accesos al pueblo. Ardió un pajar. A la otra, todos los vecinos mas la guardia civil, rodearon el pueblo en círculo. Era imposible que pasara nadie. Ardió una cabaña y un tractor.
El pirómano estaba dentro.
Un retén de bomberos venia en cuanto anochecía, para ganar tiempo, y esperaba preparado a que se iniciara un fuego.



Varios meses atrás, estaba yo asomada al balcón, cuando vi una cosa que me sorprendió: una lagartija, tranquilamente al sol, con una alas membranosas desplegadas, tan grandes como las de un murciélago. En vez de hacerle una foto desde el balcón, me pudo mas la curiosidad y bajé corriendo para verla de cerca. Ni que decir tiene que en cuanto me vio, porque giró hacia mi la cabeza y me miró, plegó las alas y se metió en el primer agujero que encontró. Nunca mas la volví a ver. Pensé avisar al SEPRONA, pero sin una foto era imposible que me creyeran. Busqué en Internet a ver si en algún lugar del mundo existía una especie de lagartija con alas. Hoy en día la gente compra animales exóticos y luego los suelta por ahí, cuando se cansa de ellos. No encontré ninguna. ESTOY SEGURA DE HABERLA VISTO.
Eran las doce del mediodía.
Estaba bien despierta.



La guardia civil, pidió ayuda a la policía nacional. Siguieron los fuegos. Vino el CSIC. Lo mismo. Por último vino el ejército.

La noche del día que vinieron los del CSIC, estaba yo de guardia en mi casa ( en cada casa había siempre alguien de guardia, con un extintor y una manguera conectada a la toma de agua), sentada en el patio, cuando vi un pájaro enorme, mucho mayor que una lechuza, mayor incluso, que una gaviota. Apareció por detrás de la casa, sobrevoló el tejado y al pasar por encima de la farola del alumbrado público, noté con muchísimo asombro que era una lagartija enorme con unas alas membranosas, exactamente igual que la que había visto pequeña unos meses atrás. Pero hubo mas: unos metros mas allá, lanzó una llamarada por la boca alcanzando a un laurel, que aunque verde, ardió como yesca. Salí corriendo a avisar, y nada mas dejar mi casa, me tropecé con uno de los hombres de negro, que me tapó la boca, para que me callara y me metió para dentro a empujones.
Una vez dentro, me explicó con mejores modos, que no debía decir nada para que no cundiera el pánico.
Pero el pánico hacía ya tiempo que había cundido y bastante.
No pareció extrañarse del asunto de la lagartija y no me dijo eso de “esta usted loca como va a ser una lagartija volando y echando fuego por la boca”. Por lo que deduje que ya sabían de sobra que era lo que producía los fuegos y que alguien mas, incluso ellos, había visto el dragón o los dragones.

Al día siguiente, llegó el ejercito, rodeó el pueblo y ninguno de nosotros pudo volver a salir de casa.
Literalmente.
Ni siquiera para hablar con el vecino. Ni a trabajar, ni a comprar, ni los niños al colegio. Teníamos que hacer una lista de lo que necesitábamos y ellos nos lo traían a casa. Si alguno se ponía enfermo un médico militar lo atendía. Si había que internar a alguien unas mujeres soldado, en turnos de doce horas, permanecían a su lado en el hospital.

Hicieron batidas. Registraron el monte árbol a árbol. Nada.
Miraron en todas las cuevas que había en el pueblo y alrededores, que eran decenas. No encontraron nada.
Buscaron en las alcantarillas.
Trajeron buzos para rastrear el río, desde mas arriba del pueblo hasta la desembocadura. Inútil.
Entraron en la vieja mina abandonada, en los túneles del ferrocarril ya en desuso.
Miraron hasta en las trincheras de la guerra. Ni rastro.
Suprimieron el tráfico aéreo, porque el aeropuerto esta muy cerca .
Situaron alrededor del pueblo varios helicópteros. Alguno acabó ardiendo, también.
Se decía que en el aeropuerto esperaban varios caza preparados para entrar en acción …¡contra lagartijas aladas e incendiarias!.

Por último, nos sacaron de noche en autobuses, con las persianas bajadas y custodiados por militares armados y nos trajeron , después de un viaje larguísimo, a este cuartel militar en medio de la nada. Aquí vivimos en barracones: los hombres en un sitio y las mujeres y los niños en otro.
También trajeron a los bomberos del retén con sus familias.
Y a los Heredia.
Nos quitaron los móviles. No tenemos televisión, ni radio, ni prensa. Una vez por semana nos ponen una película.
Bastante malas, por cierto.

Nos preguntamos si seremos los únicos que vieron los dragones o si habrá mas casos.

Tienen una oficina con ordenador. Por las noches hay dos guardias de vigilancia. Esta noche a uno le dio un infarto.
Aprovechando el revuelo lo decidimos sobre la marcha.
Una vecina muy sexy distrajo al otro ( aquí estamos todos a palo seco ) y entre tanto yo le puse dos orfidales, de los que nos dan para dormir, en la cerveza. Mientras está roncando, estoy colgando esto en la red, por si alguien en alguna parte, ve como yo, una lagartija con alas.

POR FAVOR HAZLE UNA FOTO Y CUÉLGALA EN LA RED.
No lo dudes, si no quieres acabar como nosotros: en un campo de concentración.

El pura sangre inglés

Dedicado a un amigo de Huelva que, al descubrirme el barrio inglés, me dió escrito el cuento.

Para ti, Antonio, con mi admiración.



A pesar de que el barrio inglés tenía incluso garitas con guardias, unos cuantos niños de Huelva, de un barrio cercano, se las ingeniaban para colarse dentro y disfrutar de los columpios, balancines y toboganes del parque infantil. Y eso que, al ser descubiertos y al grito de: Eh, boys what are you doing here? ¡out, out!, eran perseguidos sin tregua hasta dar alcance a alguno, que se llevaba la bofetada del día.

Había un niño entre todos al que no le interesaba demasiado el parque. Estaba fascinado con otra cosa que tenían los ingleses: los caballos. En concreto un pura sangre inglés con una estrella en la frente. Así que, él iba directo a las caballerizas, que también llamaban su atención por su magnífico suelo de Pino Rija. Al niño, instintivamente, le gustaba todo lo que fuera de madera.

Podía pasarse tardes enteras, sentado sobre la tarima, hablándole a su amigo “Morning Star”, que así llamaban los ingleses de la Rio Tinto Company Limited al hermoso ejemplar. Muchas veces se escondía para observar como una guapa mujer rubia vistiendo traje de amazona entraba y se llevaba a Morning a dar un paseo por las marismas del Odiel. Ya se había acostumbrado, a que unos minutos mas tarde, un español joven (había algunos en el barrio) hiciera lo mismo con otro caballo. Siempre igual.
Podrían ir juntos, pensaba el chico.

Era una tarde calurosa de julio. Iban los muchachos hacía el lugar por el cual se colaban en el barrio, cuando un automóvil a gran velocidad, conduciendo por la izquierda y levantando una nube de polvo, casi los arrolla. ¿Donde irá este mister con tanta prisa?.
Una vez dentro, el resto de los chicos se quedaban en el parque mientras él iba directo a las caballerizas
¡Que pena hoy no está “Morning”!.
Pero se quedó igual contemplando a los otros caballos y acariciando el suelo de tablas, aunque ninguno tenia el porte y la elegancia del pura sangre de la estrella en la frente.
De pronto, se oyó un trote y apareció el caballo, ensillado, pero sin amazona, resoplando nervioso y dirigiéndose a su sitio, mientas él lo seguía, llamándolo con suavidad. Acto seguido entró el otro caballo, de la misma manera.
Que raro…

Apenas tuvo tiempo de esconderse cuando sintió el frenazo en seco de un coche, del que se apeó un inglés, que sin ni siquiera apagar el motor, entró en la caballeriza a toda prisa, empuñando un revolver y disparó a “Morning Star”.
El niño cerró los ojos y se tapó los oídos, pero aún así pudo oír el disparo y sentir el ruido del cuerpo del caballo al desplomarse, muerto.
En seguida comenzaron a llegar ingleses gritando.¡ Oh my God!. What did you do?
El chico, aún con los ojos cerrados, salió corriendo tropezando, sin que nadie le prestara atención.
¡ Oh my God!. Where is Susan?.

Corriendo, pasó de largo por el parque donde estaban sus amigos. Siguió por una de tantas calles paralelas, atravesó una plaza, continuó por otra calle, se tropezó con los guardias de las garitas, que ni se fijaron en él y salió del barrio por la puerta principal, por primera vez en su vida.

Era ya de noche, cuando los otros niños le contaron que, después de un gran revuelo y de mucho ir y venir hacia las marismas y de que muchas mujeres le dijeran “kiler”, “kiler”, aparecieron unos policías vestidos con traje, ¡con este calor!, y se llevaron esposado al inglés que mató al caballo; como en las películas, oye, igual, igual.
El chico no les prestaba atención.
Sus amigos no comprendían porqué lloraba, tan desconsoladamente, con la cabeza sobre las rodillas.
Ni él ni ellos comprendieron tampoco, porqué de pronto, levantó la cabeza y se puso a gritar: Un día me llevaré las tablas de las caballerizas, para hacer algo bueno con ellas.

Hasta que llegó ese día, aquel niño nunca mas había vuelto a pisar el barrio inglés.