El termitero invasor





Había mucha agitación en el termitero. Los exploradores acababan de regresar y traían buenas noticias. Aunque no era visible desde la colonia, a no demasiada distancia se levantaba una mansión con entramado de madera como las de antes (desde que los edificios se construían con vigueria de forja, puertas y ventanas de aluminio y muebles de acero, las termitas de la zona comenzaron a pasar hambre, sin excepción, y algunas comunidades habían desaparecido). Enviaban exploradores que regresaban desanimados o no regresaban. Pero esta vez era diferente.
No habían sabido disimular la alegría y casi todo el termitero lo supo antes que la reina. Esta lo comprendió. A pesar de que, dadas las circunstancias, había tenido que tomar decisiones duras y difíciles, era bastante benévola y comprensiva.
__¿Que habéis encontrado?
__Un caserón como los de antes, majestad.
__¿Estáis seguros?
__Completamente, señora. Hemos probado las vigas y las puertas y los suelos….
__¡Hay suelos de madera, hay suelos de madera!__dijo el termitero a coro.
__Callaros, callaros, dejadlos que continúen.
__Además la casa tiene una cosa…__dijo uno de los exploradores, con rebuscado misterio.
__Venga dilo, venga dilo___Exclamó el termitero otra vez a coro.
__Habla, por favor, no nos tengas en ascuas__apremió la reina
__Hay…. una biblioteca inmensa. Varios niveles de libros. De todos los estilos y de todas las épocas.
Se hizo un silencio expectante, seguido de una explosión de alegría. Toda la colonia comenzó a saltar y a gritar a al vez, provocando que las paredes del termitero casi se vinieran abajo.
__Libros, libros, libros, libros….
__Un momento, __dijo la reina__un momento. ¿ Quien vive en la casa?. No será un sitio de esos en los que los humanos van a leer en silencio, porque se nos oye comer y eso significa nuestra muerte segura.
__Lo hemos comprobado. Por eso hemos tardado en regresar. Solamente vive un humano. Está poco tiempo en casa. Cierra y se va durante días. La casa esta calentita y húmeda….
__¡Calor y humedad, calor y humedad!
__!Silencio de una vez!. ¿Estáis seguros?
__Segurísimos
__Muy bien__dijo la reina__General, proceda.
__Con su permiso, majestad. Capitán, disponga una avanzada para confirmar que están en lo cierto. Después procederemos al traslado.
La estructura militar termitera era simple: general, capitán y el resto, tropa.
Un escuadrón de termitas, formado por obreros y soldados, que avanzaban en los flancos por si se encontraban con hormigas, se deslizó por el túnel que habían excavado los exploradores, llegó a la casa y comprobó, punto por punto todo lo que éstos habían referido. Los suelos estaban riquísimos, pero lo mejor eran los libros ¡qué libros, que buena pinta!. Con el hambre que habían pasado ahora se iban a resarcir de sobra.
Los obreros ampliaron los túneles y toda la colonia, constituida por tres millones de individuos voraces y hambrientos, se trasladó a la casa.
Deberían de haber comenzado por las vigas y las puertas pero tenían tanta hambre que se fueron directas a la biblioteca. La reina se lo consintió. Había tantos libros…
__¿Que estás comiendo?__preguntó una termita a su compañera.
__Literatura moderna.
__Déjala. Yo he encontrado libros de hace siglos. Estos si que saben bien.
Uno de los soldados las vio alejarse y se fue tras ellas.
__¿Que es eso que estáis comiendo?
__Incunables
__¿Incunables?. ¡No des ni un mordisco mas!
Se fue y regresó al poco con el general. Este se dirigió a las dos termitas
__LOS INCUNABLES SON PARA LA REINA. Escupe aquí lo que tienes en la boca. ¡Escúpelo!
Capitán: despliegue alrededor un batallón de soldados; que nadie toque los incunables.
__Señor, una colonia de polillas pide permiso para comer también. Han tenido muchas bajas por el hambre…
__Muy bien. Deje que coman algo. Mire a ver si hay literatura centroeuropea o rusa. Nosotros no la digerimos bien. Póngalas a comer ahí.
__A sus ordenes.
El general se dirigió a llevar la selecta comida a la reina.
__Majestad, mire lo que hemos encontrado
__Oh, incunables. Cuanto tiempo…. Que amables los humanos, nos dejan la comida almacenada y el ambiente ideal para nosotras. No se por que les tenemos manía….
__Cuanta ingenuidad, parece mentira que sea la reina__pensó el general mientra se retiraba para ver que estaba haciendo la tropa, de la que no se fiaba ni un pelo.

5 comentarios:

Jose Antonio dijo...

Que tal:

Entiendo a tu amigo, a mi me paso algo parecido en una cas a la que ibamos poco pero donde tenia mis libros y un dia me encontre con las termitas que habian accedido dese un antiguo algibe. Destrozaron los bajos de todas las puertas, los zócalos, pro sobre todo los libros que quedaron en su mayoria convertidos en pasta de papel.
Yo no tenía incunables para la reina. Echo de menos tus cuentos.
Saludos desde Cantabria.
JAntonio

Maria Jose Mallo dijo...

Hola Jose Antonio,

Lamento que te hayan invadido las termitas. Lo mismo le pasó a una amiga que le entraron a través de un algibe en desuso. A ella le atacaron las vigas que por poco le cae la casa encima.Era una casa de campo a la que iban de vez en cuando.
Dedicate, también el cuento.
Gracias por leerme. Saludo.

Javier Cuervo dijo...

No me lo digas ami que casi me mata mi tia por que dijo que no le ventilaba la casa. cuando vengas trae mas licor de avellana. Fai mucho que no te veo.

Antonio Abad Diaz Ortega dijo...

Hola Mª Jose:
Lamento mucho que a estas personas les haya ocurrido este desastre que he podido observar en muchas ocasiones.
Pero también lamento que haya tantas casas y propiedades utilizadas solo para pasar unos días al año, cuando hay mucha gente que no tiene donde caerse muerto.

Espero tus noticias.
Un beso.

Por cierto para combatir las termitas, si se coge a tiempo, el mejor remedio que conozco es el gas-oil. Deja un olor desagradable durante algún tiempo, pero es efectivo.

Maria Jose Mallo dijo...

Hola Javi, no sabía que leyeras mi Blog, ni que leyeras, en general. Es broma.
Aunque no nos vemos yo se por tu tia que estaís todos bien. Mandaré algun licor rico.
Un abrazo.

Antonio, maestro, te he mandado correo.
Besos.