El renglón torcido

Capítulo VII






García fue el encargado de hablar con el sargento. El crimen estaba a medias de explicar. El asesino había matado a Sofía por error. La había confundido con Elisa porque llevaba la misma ropa ese día y se iba en bicicleta, también igual que la de Elisa, hacia la casa de María pensando que la Elisa estaba allí. Porque la niña de la casona tenía fijación por las cosas de su hermana y deseaba tener todo lo que ella tenía, incluso los amigos. Eso resultó, al final, fatal para ella.
   Ahora la pregunta era ¿Quién y por qué quería matar a Elisa? La respuesta estaba como todos suponían en el Inda. Pero el Inda apenas hablaba. Solamente con su abuela y poco. El muchacho tenía que haber visto algo muy definitivo.
   __Como si no hubiera visto nada. No habla. Tampoco comprendo por qué tanta fijación con el Inda; es un testigo mudo y no creo que tenga capacidad para deducir__ razonó Casimiro.
   __Igual si la tiene__ corrigió la abuela__ Lo que pasa es que no la puede expresar como todo el mundo.
   El chico había presenciado la violación de la Irene lo mismo que la Elisa. Incluso había sacado a Elisa de su escondite y la había acompañado a casa.  Ella se lo confesó a García. Pero nunca se lo había contado a nadie. Sabía que eso pondría en peligro al muchacho y más después de lo que le dijo don Antonio, el cura, cuando su abuela la llevó  hablar con él antes de la comunión.
   __ ¿Recuerdas lo que te dijo?
   __ ¡Sí!
   __ Soy todo oídos.
   Elisa dudó. La sola mención de don Antonio o del cardenal tenía la virtud de hacerla enmudecer. Sentía una necesidad imperiosa de huir a un sitio seguro, y como no sabía a dónde, meterse dentro de sí misma le parecía la mejor opción. Como el caracol. Dentro de su concha inexpugnable, a salvo de depredadores. Casi se había convertido en autista como el Inda, por eso, quizá, le comprendía tan bien y por eso, quizá, él se fiaba de ella, incluso la protegía desde su aparente fragilidad.
   __ ¿Me vas a decir que te dijo don Antonio para que le tengas ese miedo? Escucha, si no sabemos cosas, no avanzaremos, los crímenes quedarán impunes, el Inda continuará en peligro y todo esto no habrá servido para nada. Tienes que ser valiente.
   __Me dijo que si decía algo de lo que había visto el demonio me perseguiría y vendría a buscarme en cualquier momento, probablemente por la noche mientras dormía, para llevarme con él al infierno donde me harían durante toda la eternidad, lo mismo que yo había visto hacerle a la Irene. Me dijo que él y su sobrino eran los protegidos de Dios y por tanto nadie podía hacerles daño sin que Dios descargara su ira contra él, y que si yo me refería a ellos por cualquier circunstancia, Dios haría que el demonio viniera a por mí y me violara con su enorme miembro que me destrozaría…
   __¡Dios mío! Como se puede… ¿No se lo has dicho ni siquiera a tu madre?
   __ ¡No! Don Antonio me dijo que no hablara ni siquiera con mi madre, porque el demonio…Yo no sabía lo que quería decir…con lo del miembro…pensaba que era el rabo, el del demonio…tiene rabo y cuernos…yo no sabía…pensará que soy tonta.
   __Para nada. Pienso que don Antonio es un canalla.
   García estaba absolutamente conmovido  e igualmente cabreado por el sufrimiento de aquella niña inocente que tuvo la mala suerte de tropezarse con dos canallas que le destrozaron la infancia. “Casi como si la hubieran violado”, pensó.
   __Escucha, te doy mi palabra de que el demonio no va a venir por ti en ningún momento y ¿sabes por qué? Porque ni siquiera existe. Créeme. Don Antonio y su sobrino, no son los protegidos de Dios. Son  sus enemigos, en todo caso; ellos representan el mal en este mundo. Son ellos los que hacen daño, nadie más que ellos. Dios está de tu parte, no de la suya. Dios, en todo caso, os protege a ti y al Inda. Vive tranquila. Esto ya terminó. Te doy mi palabra.
   Elisa lloraba mansamente sentada frente a García. El antiguo policía sentía rabia y pena, casi en la misma proporción. Vaya par de elementos. Se acercó a Elisa y le tomó las manos con suavidad.
   __Escucha Elisa, ahora que estás más tranquila. Tú no reconociste al violador.
   __No, no le vi. Tampoco vi a la Irene, no vi nada, simplemente escuche las voces.
  __Entonces por qué ese empeño en que no hablaras… ¿No le dijiste que no habías visto nada?
   __SI.
   __Entonces…
  __No me creyó. Me dijo que mi abuela le había dicho que lo vi todo. Me llamó embustera y me dijo que el demonio me destrozaría…
 __Calma, calma. Ya te he dicho que no hay demonio. Don Antonio es el embustero.
   Elisa miró a García con suspicacia, tratando de aceptar que el policía decía la verdad. Era una necesidad creer que García estaba en lo cierto. Si fuera así, estaba salvada, estaba libre.
   __Si lo hubieras visto todo hubieras corroborado la versión del padre Alejandro, cuando culpó al obrero de la Casona__ razonó García.
   __Yo no vi al hombre y supe que era la Irene porque el padre Alejando corrió la voz y llamó a los guardias.
   __ ¿Fue el padre Alejandro quien encontró a la Irene?
   __Si. Yo ya me había ido. El Inda me sacó de allí.
   Hubo un silencio prolongado. García pensaba y Elisa lloraba en silencio. Fue ella quien habló.
   __El Inda lo sabe.
   __El Inda.
   __Si, el tiene un cuaderno donde lo dibuja todo. Yo lo he visto.
   __Un cuaderno.
   __Si. Sabe dibujar muy bien. Parece una película. Tiene todo dibujado.
  __ ¿Tú has visto el cuaderno? Quiero decir si has visto todo lo que tiene dibujado.
   __Todo no. He visto algo. He visto que no fue el novio de la Irene quien mató al gañan que la violó.
   __¿Ah no?
   __No. Según el Inda fue el padre Alejandro.
   __¿Que me estás contando? ¿El Inda te lo enseñó? ¿Y por qué?
   __Porque yo pasaba por allí cerca, cuando escuche un disparo y el grito de una persona…entonces vi al padre Alejandro con su escopeta y me escondí…pero él me vio.
   __¿Como lo sabes?
   __Porque me llamó y me anduvo buscando, pero yo me escondí y me tapé con ramas, pasó cerca pero no me vio. No quiero hablar con ellos desde aquello, les tengo mucho miedo…
   __Ya no debes temerles, en absoluto. Prosigue no te detengas…
   __Entonces apareció el Inda y volvió a llevarme a casa. Unos días más tarde, después de que se llevaran preso al novio de la Elisa, vino por mi casa y me hizo señas. Salí a verle y me enseño los dibujos. El padre Alejandro mataba al gañan y también vi otros en los cuales don Antonio parecía amenazar al novio de la Irene con mucha violencia en los calabozos. Después de eso confesó…y ya sabe luego se ahorcó en la cárcel.
   Por fin había aparecido el móvil. El cardenal pensaba que Elisa lo había visto matar al supuesto violador. En aquel tiempo estaba amedrentada por don Antonio, pero los niños crecen y pierden el miedo y el era ahora cardenal. Tenía mucho más que perder. Así que hizo venir un pistolero para matar a Elisa, pero el matón erró la primera vez y se equivocó de víctima más tarde. Sofía murió para nada.
   __ Tú has comprendido que tu media hermana no era la victima realmente.
   __No, no lo era. Estoy segura que la confundieron conmigo y estoy segura también, que fue por lo de la muerte del criado, por eso comprendí que el Inda estaba en peligro. Porque todo el mundo sabe que el Inda lo controla todo, aunque no le dan importancia. Lo tienen por tonto ¿sabe usted? Pero no es tonto, simplemente es diferente. Pensé que era cuestión de tiempo que se fijaran en el. Los asesinos, me refiero…
   __Chica lista. ¿Podrías lograr que el Inda nos enseñara los dibujos?
   __El Inda no es tonto como le digo  y ha escondido los cuadernos. Ya no los tenía encima cuando lo llevamos a nuestro desván.
   __Y no sabes donde…
   Elisa negó con la cabeza.
  __ ¿No podrías tratar de hacerle comprender lo importante que sería que nos mostrara el cuaderno donde está la muerte del supuesto violador? ¿No podrías lograr que confiara en nosotros?
   __No lo sé. Puedo intentarlo.





Continuará...

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