La granja

Capítulo III


Experimental 2007-Viorel Sánchez

  Era físicamente atractivo. Bastante alto, rubio, con los ojos verdes y las facciones delicadas, un poco femeninas, lo que había provocado que en el colegio alguna vez le hubieran llamado “marica”. Era tímido y  tenía ese aspecto desvalido que gusta tanto a las mujeres. Sin embargo, nunca había tenido novia.
   A la asistente social una treintañera pelirroja,  fogosa y  exuberante, le gustó en cuanto le puso la vista encima.
  __Hay que ver qué cosa más mona. Con esa carita de no haber roto un plato…
   Aunque estaba casada se fue a por él descaradamente. No le resultó difícil llevárselo al huerto. El se dejó seducir encantado. No había tenido novia, pero si relaciones intimas, naturalmente, desde que un conocido le llevó de putas en un permiso de la mili.
Años atrás, cuando estaba en el instituto, algunos compañeros tenían planeado estrenarse en el viaje de estudios. El no se atrevió, lo que corroboró la fama de homosexual que le habían adjudicado sin ningún fundamento.
   Las mujeres que traía su padre a casa, siempre le habían dado miedo. Le parecían locas, tan pintadas y con la ropa tan ceñida, como si no fueran capaces de aprenderse su propia talla y  aquellos pelos estropajosos de colores imposibles… En su imaginación, las veía como criaturas amorfas provenientes de otros mundos, que habían sido transportadas a la Tierra  y abandonadas  en medio del monte; allí las recogía su padre, y ellas para aprovechar la oportunidad,  adquirían aspecto femenino a toda prisa. El resultado no podía ser más desafortunado. Eran como caricaturas grotescas. Además, se oían en la habitación unos ruidos muy extraños, como gruñidos de animales. Alguna vez que se paró a escuchar en el pasillo, salió corriendo aterrado y se metió debajo de la cama. Sonaba lo mismo que el cerdo cuando lo arrastraban desde la pocilga para matarlo.
   __ ¿Son extraterrestres, Luisa?
   __Son putas.
   __ ¿Las ha traído una nave?
   __La guerra en Europa fue quien las trajo.
   __ ¿Qué es la guerra?
   __Un monstruo que destruye todo lo que encuentra a su paso y transforma a las personas en monstruos también.
   Desde entonces, siempre asoció la palabra puta con lo paranormal. Un mundo de aparecidas y de monstruos. “Ir de putas” era para él como atravesar una puerta hacia otra dimensión. No sabías que podría salir a recibirte.
   Por eso, le costó tanto decidirse. Su amigo tuvo que arrastrarle prácticamente. Sin embargo, pese a sus recelos, todo salió bien. La chica que le correspondió era jovencita, incluso guapa, estaba limpia y no tenía cara de loca. Iba pintada, pero sin exagerar. Tampoco hacía aquellos ruidos tan desagradables. Todo lo contrario. Era callada y cariñosa. Tenía los pechos como dos manzanas, las piernas largas y los muslos suaves. Le gustó la experiencia. Así que, repitió todas las veces  que tuvo ocasión, olvidando para siempre la connotación mitad asco y mitad miedo, que había tenido hasta ahora el oficio de esas mujeres a las que siguió frecuentando a partir de ese día. Le parecía lo natural.  En realidad, era lo que había visto siempre y nunca se detuvo a pensar si estaba bien o no.
   De sus tiempos de mili,  conservó también la costumbre de hacer pesas y gimnasia. Estaba hecho un autentico cachas. Era pura fibra.

   Marta, la pelirroja, lo invitó a una casita que tenía en el campo.
   Se llevó una sorpresa con él.
   __Vaya, vaya, pero que viciosillo. Si las mosquitas muertas sois los peores…
    Según Marta, tenían una relación abierta, aunque sería más exacto decir que ella y su marido  tenían una relación abierta.  El no se veía con nadie más, ni se le había pasado por la cabeza. Tampoco había vuelto a acudir a ningún club. Con Marta tenía suficiente. La compartía con total naturalidad y sin ningún atisbo de celos ni cosa parecida…. solamente se acostaba con ella; no sentía amor, ni  un poco de afecto siquiera. Lo que hiciera luego le traía sin cuidado.
  Más de una vez, Jesús, el marido los vio irse juntos.
   __Tu marido nos está mirando…
   __Tranquilo, piensa que eres homosexual.

   Su vida entre Marta y el trabajo era totalmente plácida. Sin embargo pronto algo comenzó a enturbiar su tranquilidad.
   __Ya me parecía a mi demasiada calma.
   Cuando unos años antes, se fue al servicio militar, su jefe contrató otro ayudante temporalmente. Pero el recién llegado era un chico listo y vio la oportunidad. Conquistó a la hija del jefe, que tenía entonces diecisiete años y la embarazó para más seguridad. Los casaron rápidamente. Así que cuando Félix regresó el yerno ocupaba su puesto de vendedor.
   __Tú te ocuparás de la contabilidad y de hacer las compras, yo ya estoy mayor, iré delegando en ti. Juanito será el vendedor y le echaré una mano de vez en cuando. Tiene mucho que aprender. 

    Marta comenzó a la vez que él, a tener problemas en el trabajo. Ella con una compañera dispuesta a progresar, que se acostaba con el jefe, un hombre mayor, de físico bastante desagradable.
   __Me entran ganas de arrastrarla por los pelos.
   Félix, porque el yerno del suyo era un trepa y un prepotente, que se esforzó en hacerle la vida primero difícil y luego imposible.
   __Quéjate a don Antonio__le aconsejaba Marta.
   Pero él no quería en modo alguno disgustar al hombre que había sido lo más aproximado a un padre que tuvo jamás. Hacía ya un tiempo que había vuelto a soñar con el camino. Era señal de alarma inequívoca. Desde la boda, dejó por decisión propia, de comer en la casa y ahora, el marido de Teresita, insinuaba que podrían necesitar la buhardilla para cuando el hijo se fuera haciendo mayor y quisiera vivir su vida.
   __Queda mucho tiempo todavía__ decía la suegra, visiblemente aturdida por la falta de tacto de su yerno. Miraba a su hija buscando complicidad, pero ésta que nunca tuvo carácter, no osaba rechistar cuando hablaba el marido.
   La atmosfera era a veces asfixiante y Félix sufría al ver como don Antonio y doña Gloria, ya mayores y bastante achacosos,  estaban siendo arrinconados por el marido de la hija, sin miramientos.
   A veces sentía deseos de coger al yerno por la solapa del remilgado traje y golpearle la cabeza contra la pared. Pero, era evidente que no podía hacer algo así.

   Marta se lo propuso una noche después de hacer el amor, mientras permanecían abrazados como a ella le gustaba.
   __Aquella compañera de la que te hablé, me está machacando viva. No tengo ganas de seguir aguantando, voy a dar en loca. 
   Se incorporó para sentarse en frente de Félix.                                 
    __Sabes lo que he pensado?
   __No__ dijo mientras le oprimía un pecho con suavidad.
  __Deja de hacerme eso__ le dio un manotazo__. Tenemos que hablar en serio. Voy a explicarte lo que tengo planeado__ Se levantó y se puso una bata, para volver a sentarse en la cama.__ Escucha, en esta provincia la población mayor de setenta años es del sesenta por ciento. ¿Te das cuenta de lo que eso significa?
   __¿Que hay pocos jóvenes?
  __Jaa, muy gracioso. Esta gente mayor necesita cuidados, no todas las familias pueden hacerse cargo y no hay suficientes geriátricos, por lo cual  se esta comenzando a utilizar la asistencia en el propio domicilio. Pero, ¿qué sucede?
Félix  negó con la cabeza
   __¡Hombres, siempre tan poco prácticos!. Pues, que no hay gente preparada. Ahí entramos nosotros.
   __ ¿Nosotros?
   __Si, tú, yo y mi amiga Lourdes. Voy a pedir la excedencia y crear una empresa de asistencia a domicilio. Conozco el negocio. Atenderemos abuelitos en sus casas. La empresa no necesita apenas infraestructura. Con una oficina pequeña es suficiente. Yo recibiré los encargos y distribuiré al personal según las necesidades. Lourdes es enfermera, se ocuparía de los casos que necesiten gente diplomada. Algunos los atendería ella y si tenemos varios a la vez echaríamos mano de otra gente que ya tenemos contactada. Tú tendrás que hacer un cursillo de auxiliar de geriatría para cubrir el expediente.
   __Oye, espera, espera, yo no hago más cursos…
   __Es muy simple. Sólo son unas 60 horas. Aprendes lo básico: vigilancia de constantes vitales, higiene del paciente, movilización, cosas así. Necesitaremos algún hombre para casos de abuelos que haya que mover…¿comprendes?
   __Si lo comprendo, pero yo no puedo pedir excedencia. En mi caso sería dejar un trabajo fijo por una aventura.
   __Claro que puedes pedir la excedencia. Aunque sólo sea un año. Después ya veremos.
   __A mi no me interesa el “ya veremos”.
   __ Lo hemos estudiado y creo que haremos negocio. Vamos, seguro.
   __Además, yo pierdo mi casa si dejo la mueblería…
   __La pierdes igual. ¿No te anda insinuando la marcha el yernísimo? Te dejo para vivir el apartamento de mi madre. Se ha muerto la inquilina. No te cobro renta, pagas los gastos y ya.
   Marta tenía solución para todo.
   __Pero está en tu mismo edificio.
   __¿Y qué?
   __¿Oye, a Jesús no le mosquea nuestra amistad?
   __No, ya te dije que cree….
   __Vale, no me lo repitas. Pensaré lo que me has propuesto, pero no se….


 Continuará...

No hay comentarios: