El
día había amanecido resplandeciente. Llegaba el verano y comenzaba otra etapa
en mi vida. No sabía bien por qué, pero intuía tiempos mejores, intuía que iba
a ocurrirme algo interesante. Siempre creí en las premoniciones. Así que, olvidé
los malos aires, estrené vestido, lo mismo que hacía cuando niña el día del
Corpus, e igual de contenta me fui dando un paseo hasta la estación del
ferrocarril.
Cuando
me vi allí, suspiré. Habrían transcurrido por lo menos diez años. Desde que
terminé la carrera no había vuelto a la capital en el cercanías que tantas
veces me había llevado y traído.
Me
hubiera gustado desandar el tiempo y no haber vivido estos últimos años. No
habían sido los mejores de mi vida.
Me
casé, me separé. Eso los resumía.
Ni
el matrimonio fue feliz, ni la separación tampoco. Mi ex se había echado una
novia desde mucho antes, sin embargo no estuvo de acuerdo con el divorcio.
Pretendía vivir su vida y que todo continuara igual, conmigo de sufridora en
casa, aguantando. ¡Como son algunos hombres!
Fue
difícil liquidar los bienes que teníamos en común. Tras muchas discusiones y
reuniones con abogados, que nos comieron una pasta, llegamos a un acuerdo. No obstante, quedó a deberme 12.000
euros.
__Ya los viste__ decía mi hermana.
Lo
peor es que tenía razón. Pero yo no estaba dispuesta a perdonádselos para que
se los gastara con la pelos.
El
tren silbó y se puso en marcha. Volví a sentirme joven. Y eso que en la misma estación
acababa de tener un disgusto.
Ya
me había ocurrido antes.
Resulta
que me parezco, según la gente, a la madre de una cantante de copla muy
moderna, tanto, que sale a escena con batas de cola transparentes. Totalmente
transparentes. Sólo lleva debajo un tanguita minúsculo en forma de abanico.
Cantar
no sé si canta, pero famosa se ha hecho un rato. Además sus romances con un
futbolista brasileño y un torero de moda también contribuyeron a la fama. En
este momento estaba saliendo con un actor norteamericano protagonista de
una exitosa serie de televisión.
Bien,
pues yo me parezco a la madre, que es conocida por acompañar a la hija a todas
partes, no sé yo para que… Unas señoras me lo hicieron ver mientras esperábamos
en el andén, chafándome la alegría, porque que te vean como la madre de una
treintañera, cuando acabas de
divorciarte y quieres comerte el mundo, no ayuda mucho que digamos.
La
cantante transparente y su madre acababan de adquirir una vieja casona de
indianos en nuestra villa costera. Era una mansión demasiado exuberante para mi
gusto. De aquellas que se construían los emigrados retornados con fortuna para
hacer ostentación de lo conseguido en América. La madre pensaba pasar
temporadas aquí, mientras la niña vivía sus romances. Precisamente acababa de
instalarse y a mí ya me habían confundido con ella, días antes, unos
periodistas que se me abalanzaron, como tábanos, preguntándome donde estaba mi
hija con el actor. Tuve que darle a uno un empujón para que me dejara entrar en
mi coche y él amenazó con ponerme una denuncia por agresión. Fue bastante
desagradable hasta que se deshizo el equívoco. Entonces se fueron corriendo
hacía donde alguien dijo que se encontraba la madre verdadera sin que nadie me
pidiera disculpas por el atropello y por haberme llamado de todo cuando les
empujé.
Dejé
atrás a las señoras y me senté en el centro del vagón junto a la ventanilla.
Los trenes habían sufrido una transformación
para mucho mejor. Eran nuevos, estaban limpísimos y eran cómodos y
puntuales.
Pero
había algo más, alguien más.
Ya
lo había visto mientras esperaba. No estaba nada mal. Era alto, atlético, con
la cabeza rapada y unos ojos azul imposible, entre tímidos y tiernos. No paraba
de hablar por el móvil en un idioma
parecido al ruso o quizá en ruso, que no se bien como suena.
Se
sentó en el asiento contiguo en frente de mí. No dejaba de mirarme y me di
cuenta que mientras hablaba me hacía fotos con la cámara del teléfono.
__Bueno. Pues ya he ligado…Para que digan las
amigas que es difícil.
El
hombre no me quitaba los ojos de encima. Cuando notó que lo miraba me sonrió
sin disimulo.
__Pues he ligado. Cuando lo cuente no se lo
creen. Ya decía yo que iba a ser mi día.
Llegamos
a la capital; el viaje dura apenas media hora. En todo el trayecto no me perdió
de vista. Se levantó y esperó a que yo saliera. Al pasar junto a él, le sonreí.
El me hizo una inclinación de cabeza y se puso detrás.
Una
vez en el andén, me tomó apenas del brazo y me susurró:
__Esperrrra…
Me
volví y le miré dubitativa. El asintió y volvió a decir:
__Esperrrra
Esperrrré
encantada. Nos fuimos quedando los últimos, todo el mundo nos adelantó.
Yo
iba pensando:
__¡Qué bien! Mi primer aquí te pillo, aquí te
mato. Que buen recomienzo de soltería.
Nunca
me han gustado las escaleras mecánicas y por lo visto a él tampoco. Tiró de mi
brazo y me metió en el ascensor. Me empujó al fondo y cerró la puerta. Se vino
decidido frente a mí.
__Oh, por Dios, que impulsivo, pero que……
Oooh Dios…
Cerré
los ojos emocionada. Por eso no pude ver a las palomas volar de derecha a
izquierda.
Cuando
los volví abrir, me encontraba un poco mareada. Estaba en…¡una cama!.
__Pero ¿cómo?, si no me acuerdo de nada.
Poco
a poco me fui situando. Estaba en una cama sí, pero vestida, calzada y atada.
Con los pies sujetos al piecero y las manos al cabecero y una tira de adhesivo
en la boca.
__Dios mío como en Átame de Almodóvar.
Pronto
descubrí la cruda realidad. Si tuviera las manos libres me daría de hostias por
tener una imaginación tan calenturienta. Aquello no tenía nada de erótico. Era más
bien sórdido.
Estaba
en una especie de agujero inmundo sin ventilación, sobre una cama sucia.
__ ¿Quién me trajo aquí, el ruso?
Como
si lo hubiera adivinado entró o más bien irrumpió, en ese momento.
__ ¿Quierrres decirme quien coño errrres?__.
Me daba voces mientras me desataba los pies y me empujaba fuera de la cama de
mala manera y me llevaba casi a rastras
hasta una especie de salita donde había una tele en la cual se veía a la madre
de la Transparente interviniendo en un programa en directo mostrando su nueva
casa. Me quitó el adhesivo.
__¿Quien errrres tú?.
Caí
en la cuenta en seguida. Me había secuestrado creyendo que era la madre de la cantante
de copla.
Si
no fuera patético a la vez que peligroso, me habría reído.
__¿Quien me va a pagarrrr el rrrescate eh,
dime, quien?__ Hizo ademán de darme un puñetazo, pero sólo amagó.
Volvió
a llevarme a la habitación y me ató otra vez los pies.
__Piensa
en algo__ me dijo señalándome con el índice.
__ ¿Yo? Piénsalo tú.
Se
volvió indignadísimo.
__No me cabrrrrees. Te lo advierrrrto.
Tenía
ganas de llorar, pero era incapaz. Entonces recordé una cosa. Mi cabeza
funciona bien en situaciones límite.
__Rusoooo.
Entró
como un spútnik
__ ¿Qué quierrrres?
__Te pagará mi ex marido.
Había
recordado que una amiga me comentó que su marido le había dicho que mi ex le
había contado que estaba muy preocupado porque su chica se iba una semana a un sitio
perdido en la sierra con unos orientales en plan meditación Zen o algo así. Sin
teléfono ni Internet. Y él tenía un mosqueo muy, muy grande.
Pensaba
claramente en cuernos. Tenía un ataque, vaya.
Entonces
se me ocurrió.
Lo
llamó. Tuve que repetirle lo que tenía que decir siete veces antes de que lo
comprendiera. Así y todo no tenía mucha confianza en que fuera a hacerlo bien.
__Tengo a tu chica. ¡Cállate y escucha!
Quierrrro 42.000 eurrrros dentrrrro de una horrrra. Te vuelvo a llamarrrr y te
digo como y donde.
El
ruso, que era checo, sólo quería 30.000. Los necesitaba para volver a su tierra
y abrir un negocio. Los otros eran los 12.000 que me debía el rata de mi ex.
__Voy a hacerrrrte una foto. Quierrrre una
prrrrueba de que estás viva.
__¡Estas tonto! No ves que no soy yo. Dile
que hablaré con él. Dame unos minutos para ensayar.
No
me llevó mucho imitar la voz de la pelos. Era muy pija y hablaba de esa manera,
con la voz engolada:
__Caaari.
Oooye paga caaari. Te lo rueeego.
Resultó.
El muy capullo tenía el dinero a punto para el rescate de la pelos y no era
capaz de pagarme a mí lo que legalmente era mío...Una miseria de nada.
Le
dije al ruso como debíamos hacerlo.
__Existe una antigua gasolinera cerrada en
las afueras muy afueras de la ciudad. Está en la vieja carretera por donde
nadie circula ya. Hay un pequeño cerro desde el que se divisa perfectamente.
Esperaremos allí.
Le
dices que llegue, deposite la bolsa con el dinero en el surtidor del centro.
Que continúe por la carretera cuatro kilómetros, pare y espere un cuarto de
hora. Luego regresa y allí estará su mujer. Tú, te vas por donde vinimos.
Cuando llegue ya estarás lejos.
Tardó
media hora en aprenderlo. No podía escribírselo en un papel, porque no sabía
leer en español.
__Yo salgo y recojo la bolsa
__No, yo salgo y la rrrrecojo, lista.
__Bien, la recoges, me das lo mío y adiós.
Lo
hicimos así. Mi rescatador llegó puntualísimo. Nos cercioramos de que nadie le
seguía.
El
ruso bajó del coche, cogió la bolsa y me dio el dinero y las gracias porque con
mi ayuda había podido cobrar un rescate.
__La próxima vez asegúrate de secuestrar a la
persona verdadera.
__No habrrrrá prrrróxima vez. Me marrrrcho
ahorrra mismo. Me voy en coche hasta Irrrrún. Allí me rrrrecoge un amigo frrrancés.
__Que tengas buen viaje.
Mientras
esperaba a mi ex, guardé el dinero en mi ropa interior. Por si acaso.
Cuando
llegó y me encontró, puso la misma cara que si hubiera visto un marciano verde.
__ ¿Qué haces tú aquí, donde está Patricia?
__Hombre, muchas gracias, estoy bien.
__No entiendo nada ¿qué es esto?... ¿Has participado en el
secuestro de Patricia?
Se
plantó delante de mí con cara de Stallone y los brazos en jarras.
__ ¿Has sido capaz de mandar secuestrar a
Patricia?
__No digas tonterías. No han secuestrado a
Patricia, me han secuestrado a mi__ le dije delante de su cara, bastante indignada.
Luego me subí al coche.
Le
conté lo que había pasado. No sabía si reírse de mí o llorar por los 42.000
euros.
__Pero yo hablé con ella.
__No, tú hablaste conmigo.
__Era la voz de Patri.
__Era mi voz. Que tú oigas la voz de Patricia
por todos lados es tú problema.
__ ¿Por qué me ha llamado a mí? Ya no soy tu
marido.
__Encontró en mi bolso tarjetas de visita en
las que aún estamos los dos.
__ ¿Por qué las llevas?
__ Olvidé tirarlas a la basura.
__Tenias que haberle dicho que ya no eras mi
mujer.
__Tu preferirías que me hubiera pegado un
tiro ¿verdad? Con tal de no pagar te habría dado lo mismo. Yo no controlé lo
que hizo. Te llamó y punto. Cada vez que trataba de protestar por algo, me
metía la pistola en la boca__ Mentí con la mayor desfachatez.
__ Me tendrás que devolver el dinero.
Yo
sí que lo miré como a un marciano verde.
__Todavía me debes 12.000 euros y pretendes
que te pague el rescate. Para el coche, que me bajo ahora mismo. PARA EL COCHE.
__No te pongas así. Vamos a denunciar el
hecho y luego ya veremos.
Guardamos
silencio durante un rato. Entonces volví a recordar.
__Oye. Ahora que lo pienso. ¿Por qué creíste
que habían secuestrado a la pe… a Patricia? ¿Dónde está?
__Se ha ido a un curso de meditación….
__ ¿No has hablado con ella?
__NO. No hay teléfono, ni Internet, ni nada…
__Aaaah.
Nos
miramos. Ahora era yo la que tenía cara de risa. Acordamos dirigirnos a la
policía.
__A denunciar al ruso__ dijo él.
__ ¿Qué ruso?
__El secuestrador. Hablaba con acento de
Europa del este.
__¿Que dices? Era tan español como tú y como
yo. Fingía el acento.
__Le viste la cara, supongo.
__Supones mal. Llevaba pasamontañas. No era
un aficionado…
Volvió
el silencio.
__Claro que podría hacer memoria. A lo mejor recuerdo
algo…
__ ¿Que quieres decir?
__Me debes 12.000 euros. Pasamos por el
banco, me pagas y seguro que me vienen los recuerdos.
Discutimos
airadamente un buen rato. Me llamó de todo. A punto estuvimos de tener un
accidente. Al fin se convenció. Quería firmarme un talón, pero le conozco.
__Efectivo, please.
Cuando
me entregó el dinero, arrancó a toda prisa.
__Procura hacer memoria. Vamos rápido porque
ése ya estará en el aeropuerto volando
hacia Rusia con los 42.000 euros.
__42.000. ¿Por qué le diste 42.000?
__Lo que me pidió. ¿No lo oíste?
__No. Yo oí que te pidió 30.000. Y es lo que
voy a decir. Deberías saber que nunca miento…Y no es ruso, es polaco.
__ ¿Pero no era español?
__ ¿Con acento ruso?
Seguro
que quiso matarme en ese instante, pero no le convenía.
En
el momento en que entrábamos por la puerta de la comisaría le dije:
__No me empujes que no hay prisa. El polaco
no va a ninguna parte. Mira, le he quitado el pasaporte.
Se
lo tragó. No era el pasaporte del pobre checo, al que, a pesar de haberme hecho
creer lo que no era y haberme hecho sentir tan ridícula, y haberme hecho pasar
un mal rato, no pensaba delatar. Gracias a él había cobrado mi deuda con
intereses. Además yo había terminado siendo su cómplice.
El
pasaporte que le mostré era el mío. Es
que mi ex siempre fue un gilipoyas.
Cuando
llegué a casa, tomé un larguííííísimo baño. Antes de irme a dormir_ necesitaba
por lo menos 24 horas de sueño_ puse un mensaje a cada una de mis amigas y a mi
hermana:
“Nena. Mañana a las 9 en
“El Pescador”. Cena con marisco y champán francés. Invito yo. Ya te
contaré. xxx.”
Mientras
me metía en la cama pensé:
__Tengo que enviarle a la madre de la
Transparente una caja de bombones de los buenos, la más grande que encuentre,
con una nota de bienvenida y un deseo de
feliz estancia entre nosotros.
¡Que
menos!
Relato publicado con anterioridad en julio de 2010
6 comentarios:
TIENE MUCHA GRACIA ESTE CORTO, POR SU TEMÁTICA Y POR SU DESENFADADA SOLTURA, ADEMÁS DE PARECER ESTAR PARCIALMENTE BASADO EN ALGO REAL.
ENVIDIO EL AMBIENTE ALGO APARTADO EN DONDE ESCRIBES, QUE TE DEBE DE AYUDAR MUCHO PARA ESE ESTILO RELAJADO.
ENHORABUENA UNA VEZ MAS MARÍA JOSÉ Y UN ABRAZO DE VECINO ANTIGUO.
Gracias Carlos, me alegro que te haya divertido la historia.
¿Sabes en que se basa? Ten en cuenta que el relato es del 2010, lo he reciclado ya que ahora ando con mi nueva novela y no tengo tiempo. Pues verás, a la gente les dio por decir que me parezco a la madre de la entonces princesa Leticia...incluso en algunas tiendas de Oviedo me confundieron con ella y me lo hicieron pasar realmente mal, porque no querían reconocer el error...Así fue como se me ocurrió el relato, porque sólo faltaba que me secuestraran para pedir por mi un rescate a la Casa Real....
Por suerte ahora esto ya no me sucede.
El ambiente para escribir no creas que es tan relajado. Si no existiera el teléfono, puede, y aunque pido una tregua cuando estoy metida en algo largo como ahora, la gente no me toma en serio y no hay manera. Debe ser porque no soy profesional...
Te agradezco el tiempo y el comentario Carlos, un abrazo.
Si algo de eso ya lo sabía yo. Es que te pareces.
Me alegro de que publiques aunque sea repetido, que presta leerte siempre, guapetona.
Hola Angel, en su momento fue algo pesadísimo. Menos mal que duró poco tiempo, la gente se olvida de estos famosos "interpuestos" por suerte para ellos también.
Publicaré post repetidos hasta que tenga tiempo para los nuevos.
Un saludo a todo el mundo por ahí y un besin para ti.
WONDERFUL POST.
John, thank you so much
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