Christmas Blues (Cuento de Navidad)



Al día siguiente era Nochebuena, no podía esperar más. Tenía que pasar a la acción.
No había nada para cenar.
Ayer se habían acabado las patatas que sacara del contenedor de la basura y hoy habían comido col hervida procedente del mismo sitio. El pan, sin embargo, nunca les faltaba, porque su vecina que trabajaba en una panadería, les dejaba en la puerta pan tierno a diario y muchas veces magdalenas o cualquier clase de bollería. De las bolsas de alimentos que les pasaba cruz roja, sólo quedaba leche y cacao para desayunar hasta la llegada de la última remesa. Era injusto que ella y las niñas se quedaran sin cena cuando tanta comida se desperdiciaba en casa de los ricos, en casa de los banqueros, en casa de su jefe, sin ir más lejos. Ese cerdo que cenaría en familia con sus hijos como un patriarca modelo, como un empresario modelo que había mantenido su negocio de supermercados contra viento y marea y se había convertido en ejemplo para emprendedores presentes y futuros. Ese empresario modelo que había despedido sin contemplaciones, a trece trabajadoras, incluida ella, dejándolas en la calle.
Teresa trabajaba en atención al cliente, tenía treinta y ocho años y una antigüedad  de seis en la empresa, pero había cometido el error de ponerse enferma, tres días en abril y siete en mayo a causa de una fuerte afonía sobrevenida por los excesos del aire acondicionado y por tener que hablar durante ocho horas cada día. En ese periodo tenía programados cuarenta y dos días de trabajo, por eso, al alcanzar las bajas el 23,81% de las jornadas laborales, la empresa la despidió, adeudándole, además, el salario de seis meses. Encima había tenido que aguantar que el gerente le insinuara que siendo amable con él podría hacer algo por ella, el muy baboso.
Los sindicatos recurrieron ante los tribunales, dado que las ausencias se habían producido con anterioridad a la aprobación de la nueva reforma. Dos despidos fueron declarados nulos, uno de ellos por defecto de forma, pero el suyo fue declarado procedente y aunque los sindicatos continúan recurriendo, ella sigue sin trabajo.
Y además sin marido, porque el muy cerdo, la dejó sola con las niñas y se fue a Sudamérica tras una bailarina brasileña que meneaba el culo en la misma orquesta donde él tocaba el saxo. Nunca más tuvo noticias y por supuesto nunca recibió ni un euro para mantener a las hijas.
Como si no fueran suyas.
Con estos pensamientos, que nunca se  sacaba de la cabeza, vistió el abrigo que había estado adaptando, con esmero, para el robo que pensaba perpetrar en el supermercado más cercano de la cadena para la que trabajó hasta que las reformas anti crisis la dejaron en la calle. En realidad ella no lo consideraba un robo, si no el cobro en especie de una parte del dinero que le adeudaban. Un trueque desesperado y unilateral.
En la calle hacía menos frío que en su casa. Cuando regresara saldría con las niñas al parque, para que entraran en calor. Porque estaba segura de que iba a regresar con lo necesario. No contemplaba, bajo ningún concepto, que pudiera sucederle algo como que la descubrieran y avisaran a la policía. A ella no podía ocurrirle algo así, lo de ella era justo y totalmente necesario. Era imprescindible si querían cenar como Dios manda en la noche de Nochebuena.
Se encomendó mentalmente  a todos los santos conocidos y atravesó la puerta con paso firme. Hay que aparentar normalidad, es fundamental para que todo salga bien.

Nicolás, el vigilante, la vio entrar y se  alegró. Siempre la había gustado Teresa. Era alegre y amable. Una buena tía. Además era guapa. Tenía las piernas largas y un culo duro y respingón tras el que se iban los ojos de los compañeros. Le hubiera gustado acercarse  y saludarla, preguntarle cómo le iba la vida, interesarse por las niñas…Pero era tan tímido que no se atrevió.
Al contemplar como guardaba el pavo primero y los langostinos después bajo el abrigo,  con la mayor desfachatez, se puso pálido. Comprendió al momento lo que estaba pasando y sintió una rabia y una ternura igual de intensas.
Miró a todas partes para cercionarse de que ningún otro compañero la había visto y la siguió sin que ella se apercibiera siquiera de que nadie la observaba.
__Podía poner un poco mas de atención, caramba, que la van a descubrir.
Teresa se dirigió resulta a por el turrón, después a por la tarta helada, y hasta guardó unas servilletas  de papel decoradas con motivos navideños. Una cena completa.
__Falta algo__ pensó Nicolás contagiado del espíritu navideño del papá Noel que interpretaba tras su jornada, para el mismo supermercado.
Teresa se topó con el de bruces. Hombre, el bueno de Nicolás. Tenía, como siempre, una sonrisa de oreja a oreja, mas  una botella de vino en la mano derecha y otra de cava en la izquierda.
__Te faltaba esto. Anda sígueme.
La acompañó hasta el torno de salida y le dijo a la cajera mas próxima:__Jennifer, la señora no hizo compra.
Lo cual era absolutamente cierto.
Ya en la puerta, Teresa se volvió y lo miró con gratitud.
__Gracias. Gracias. Gracias.
__Ho, Ho, Ho__respondió Nicolás.
Era la primera vez que esos tres monosílabos le salían del corazón y no le parecían una gilipollez.

Mi primera novela







Esta es la portada de mi primera novela " El asesino de las cuatro estaciones". A continuación pongo el link de la Editorial para que la podáis ver por si os interesa. Un saludo a todos y muchas gracias.

http://es.united-pc.eu/libros/narrativa-novela/policiaca-suspense/el-asesino-de-las-cuatro-estaciones.html?L=6&cHash=f3daa4e81d7be91dee1b7a7a94958c38

http://www.amazon.com    

Otoño con novela


Lo primero, pedir disculpas por haber estado tanto tiempo sin comunicarme. Todo tiene su explicación: estuve trabajando con la editorial en la edición de mi primera novela que saldrá en el otoño.

Se titula “ El asesino de las cuatro estaciones” y será mi segunda publicación; ya sabéis que tengo un libro de relatos cortos “El eco del bosque”.

Se trata de un Thriller ambientado en el siglo XVI-finales-, en un país imaginario, donde tres personajes diversos -un capitán y un soldado del Tercio Viejo de Sicilia, junto a un atolondrado escritor asturiano- tratan de descubrir la misteriosa identidad de un fraile que asesina mujeres al inicio de las estaciones, mientras se encaminan al encuentro de su propio destino, fatal para algunos y menos malo para otros…y hasta aquí puedo contar.

Retomaré las publicaciones del blog en el otoño, como hago cada año, para entonces ya podré decir algo mas sobre la novela.


Hasta entonces, feliz verano para todos y muchas gracias por haberos pasado por aquí, haber consumido tiempo en leer mis historias y en comentarlas.




Amistades peligrosas, último capítulo




Pasé el resto del día aturdida por completo. Todas creíamos que Lola era la reencarnación de Santa María Goretti. La pureza en persona. La última virgen. Incluso se había comentado en tiempos, que su marido era impotente y que ella no lo había abandonado por vergüenza, para que nada trascendiera. Con los años Lola se refería a su matrimonio como una unión perfecta. Su marido había sido ejemplar: educado, cariñoso, culto, bueno…
__¿Era fogoso también?, le preguntaba Rosa, siempre tan directa.
__Bueno, nena no lo estropees. No seas tan vulgar, respondía Lola que siempre se crispaba cuando salía el sexo a relucir.
Teníamos que hacerle una seña a Rosa para que se callara o cortarla sin mas, antes de que el asunto se nos fuera de las manos. Al fin y al cabo eran simples rumores. Nadie estuvo en la cama con ellos para comprobarlo.
No obstante, eran muchas voces las que  afirmaban que estaba aun por estrenar, como un auto recién salido de la cadena de montaje al que la crisis dejó olvidado en una esquina del concesionario; siempre reluciente, pero obsoleto y caduco. Y sin embargo tenía una vida amorosa de lo mas intenso. Claro, esos eran los amigos que no podía presentar. ¿Cómo iba a poder?.
¡Que hipócrita! ¿no?.

Llegué puntual a la cita. Había quedado con el madero en un lugar diferente, donde fuéramos menos conocidos y pasáramos mas desapercibidos. El se retrasó unos minutos.
__ Para darse importancia, pensé. En el fondo no las tenía todas conmigo. Esperaba que en algún momento de la conversación el se pusiera a gritar: Inocente, inocente. Entonces, yo me levantaría muy digna y le tiraría a la cara lo que estuviera tomando. Un poco cinematográfico, lo reconozco. Pero es que me parecía imposible lo que estaba ocurriendo. Si alguno de vosotros hubiera conocido a Lola le sucedería lo mismo.
Había tenido que tomarme un par de analgésicos porque me dolía la cabeza tras una tarde entera de darle al tarro con los asuntos de Lola.
El poli entró al fin, pidió una caña y se sentó frente a mi.
__Bueno que ¿ya has asimilado la doble vida de tu amiga?.
__Tengo que reconocer que estoy sorprendida, muy sorprendida. Así que acudía a una casa de citas…Ese era el  gran misterio. No me explico como no trascendió en todo este tiempo.
__Ten en cuenta que esto ocurría en otra ciudad donde ella tenía un apartamento en el que vivía sola y al que no llevaba a nadie. Lo hemos comprobado. Cuando acudía a sus citas era como si fuera a pasar la tarde con una amiga en una casa normal y discreta en un barrio recogido, donde se citaban un grupito de asiduos para acostarse y no todos el mismo día, como es obvio. Por lo visto tu amiga era amiga de hace tiempo de la dueña, viuda también, que es la querida  en este momento del secretario del delegado del gobierno. Los digamos ”clientes” son gente relacionada con la política, la judicatura, la medicina…
__No lo comprendo Lola no era una persona culta, ni siquiera guapa…
__No se reunían para conversar. Solamente necesitaba ser buena en la cama y discreta.
__Discreta si lo era. Dime una cosa ¿ desde cuando follaba con el mismo, con el marido de la asesina,  desde siempre?.
__Hace dos años, mas o menos. Antes tuvo otras parejas. El inmediatamente anterior había sido aquel entrenador de futbol que se mató en un accidente. ¿Recuerdas que lo arrolló el tren dentro de su coche  en un paso a nivel?. Fue noticia de portada.
__Si y ahora que lo dices, recuerdo también que comente el accidente con ella un día que pasamos por allí y no noté que se conmoviera ni nada parecido. Era la reina del disimulo…Dime otra cosa ¿cobran por esto?
__Cobrar sensu estricto, no Es normal que ellos les hagan regalos y además consiguen buenas relaciones que siempre son útiles.
Se me quedó mirando como si no se atreviera a revelarme alguna otra cosa.
__¿Que? ¿QUE?
__Ellas, de vez en cuando, si que pagaban por tener sexo con jovencitos.
__No fastidies. ¿Lola también?
El madero asintió con la cabeza repetidas veces. ¡Que barbaridad lo que puede engañar una persona!. ¡Santa María Goretti!. Somos unas infelices. Somos tontas de remate.
__Son jóvenes pero mayores de edad ¿eh?. Tampoco pienses lo que no es. De veinte mas o menos. Gigolós, ya sabes.
__No esta mal teniendo en cuenta que ellas son cincuentonas. Eso no es ningún delito, dije de pronto, defendiendo a Lola sin venir a cuento.
__No, ni lo otro tampoco. El delito ha sido el asesinato, si no, no estaríamos aquí. Si no la hubieran matado nada de esto hubiera trascendido. Y tu y yo no estaríamos aquí charlando, dijo con suavidad, cogiéndome la mano.
No la retiré. La verdad es que el tal Richard Gere estaba muy bien y yo necesitaba compañía amable en estos momentos. Alguien para evadirme de tanto engaño y tanto disimulo.

A la mañana siguiente, tras una noche bastante interesante, vi las cosas con mas claridad. Era cierto que Lola era una farsante ladina y consumada, aunque solo fuera por el hecho de hacer sentir inferiores a las demás con sus absurdos misterios y sus evasivas tan poco afortunadas. Pero, no obstante,  pensé que nada debería de trascender. El crimen se había publicado como la crónica de un error lamentable. La victima utiliza el coche de su amiga porque al suyo le han dado un golpe y la mujer del amante de la verdadera dueña la asesina por error. ¡Que mala suerte!. ¡Que pena!. ¡Pobre Lola!, ella que era la pureza hecha mujer.
 Eso era lo que comentaba la gente en el barrio. Y así se iba a quedar. No iba a ser yo quien les enmendara la plana, ni quien desenmascarara a Lola. No me correspondía semejante honor. Además posiblemente mucha gente no lo hubiera creído y encima habría quedado como una amiga embustera y desleal a una persona tan integra como aquella santa.
Encima de cornuda, apaleada.
Posiblemente trascendiera algo cuando se celebrara el juicio. Si ocurría así se conocería la verdad o parte de ella. Mucha gente se quedaría atónita, entonces. Pero hasta ese momento yo, tan muda como Belinda.
__Date cuenta, me dijo Sofía__esta pobre que no hizo el amor ni de casada confundida al final con una fulana, que paradoja tan injusta. Lo que es la vida. Señor, Señor. Bueno, estará en el cielo.
__Si, y nosotras en el limbo, dije solo para mi, mientras continuaba asombrada por la gran capacidad de disimulo del ser humano y en especial de Lola. Cuanta hipocresía y cuanto cinismo. Después de todo hasta creo que le estuvo bien empleado, por embustera y por manipuladora;  por farsante, por hipócrita  y si, también por guarra.
Yogurines pagados, como si no tuvieran suficiente con los adultos…Desde luego, ¡que poca vergüenza!.


Amistades peligrosas


La mala noticia llegó el día de los inocentes.
Yo hasta me creí en principio que era una broma propia de las fechas, desde luego de muy mal gusto, pero es que jamás se me hubiera pasado por la cabeza que una cosa así pudiera sucederle a alguien como Lola.
Ni a mi ni a nadie.
 Había escuchado en la radio por la mañana noticias sobre la aparición del cadáver de una mujer asesinada de un tiro en su coche, pero solamente facilitaban las iniciales, de modo que no asocié el hecho con nadie conocido ni por lo mas remoto. Otro crimen mas de la dichosa violencia machista, pensé. No se cuando va a terminar esta lacra. El tío la ejecutó de un tiro en la nuca como un terrorista, que es lo que son en realidad. Pobre mujer, no se cuantas van ya este año…
Me quedé de hielo cuando una de las cuñadas de Lola, que además es mi vecina, llamó a mi puerta a media tarde para ponerme al corriente.
__Estaba en el área de descanso de la autovía del mar, dentro de un  coche que no era el suyo, con un tiro en la nuca desplomada sobre el volante. Tenía el bolso, la cartera, incluso bolsas con la compra. No parece que la mataran para robarle. La policía va a hablar contigo, te lo advierto. Parece ser que van a interrogar a todos los amigos dado lo extraño de la muerte. Siento que te vayan a molestar.
Lola asesinada de un tiro dentro de un coche que no era el suyo. ¿Cómo ha podido ocurrir algo así?. Que extraño me parece todo.

En efecto, a la mañana siguiente la policía habló conmigo. Vino a casa un subinspector al que conocía de vista, porque trabajo cerca de la comisaría y desayuno en el mismo bar donde lo hacen varios maderos, entre ellos éste, que me había puesto ojitos en mas de una ocasión. Seguro que se sorprendió al verme, pero lo disimuló muy bien.
 __Pues no, no tengo ni idea. La verdad el suceso me ha dejado perpleja, aparte de conmovida y triste, naturalmente. Yo le tenía afecto a Lola, aunque era difícil relacionarse bien con ella.
__¿Y eso por que?
__No, por nada en especial. Simplemente porque era muy suya. Muy para adentro ¿comprende?.
El policía, que tenía un aire a Richard Gere, asintió.
__Era viuda, si. Su marido falleció joven, hace tiempo. No lo recuerdo bien, creo que fue un accidente cuando regresaban de un viaje. Aquí se veía con tres amigas además de mi. Todas somos del mismo barrio y aunque tenemos edades y estatus diferentes nos citamos a menudo. Nos gusta recordar como era nuestra vida entonces y a nuestras familias. Ya sabe.
__¿Sabe si tenía mas amigos?
__Si, tenía mas amigos en un sitio de la costa donde por lo visto tiene un apartamento, pero los desconozco, porque ella era en exceso celosa de su intimidad y jamás hablaba con claridad de ellos y por supuesto nunca nos los presentó. Le gustaba referir como iba con sus otros amigos a un sitio y a otro, pero jamás coincidimos. Le repito que nadie  los vio. A mi no me importaba en absoluto, sin embargo a las otras si, les molestaba. Es que Lola tenía un extraño defecto: te hacía sentir inferior, le gustaba, se complacía en ello. Si, me explico. Daba a entender que sus conocidos de la otra ciudad eran tan importantes, tan exigentes y tan discretos, que tu no estabas a su altura ni de lejos, por eso los ocultaba de nosotras, porque desmerecíamos. Eso es lo que daba a entender con total desparpajo.
Ella era una mujer con pocos estudios y con una educación bastante elemental, resultaba raro que sus amigos fueran tan especiales. Tampoco su escasa familia conocía a sus amistades, ya se lo habrán dicho; lo se porque ellos me lo han comentado en mas de una ocasión.
Curioso. Ese fue el comentario del madero.
__Si, dije yo, a mi siempre me pareció curioso este modo de proceder. Todas conocemos mas o menos a las amistades del resto, incluso nos complace compartir a los amigos. Los de ella no aparecerían ni en su Facebook. ¿Algo que ocultar?...¿a que se refiere? ¿a sus conocidos?, no creo, puede tener alguno extraño, pero todos.  Yo llegué a pensar que no existían tales amigos y que ella los había convertido en un misterio de los suyos. Era proclive a esas fantasías. Era una mujer que le gustaba alardear de haber tenido y tener una vida perfecta, llena de gente perfecta…las únicas excepciones éramos nosotras. Ya le digo que a las otras les sentaba mal.

Al día siguiente me enteré de que todas habíamos dicho lo mismo con ligeras variaciones. Sofía habló con el resto y me lo refirió punto por punto. El policía nos hizo a todas el mismo comentario: curioso.
El día del entierro pensamos que al fin veríamos a sus importantes amistades. Estábamos expectantes. Pero para nuestra decepción solamente acudió su familia y nosotras, aparte de un par de vecinas de su calle. Gente común y corriente. Bastante corriente.
Lo que yo digo: no existen.
Dándole vueltas al asunto recordé varias cosas. Lola decía tener un apartamento en la costa que tampoco nadie conocía, ni siquiera su familia. Allí decía que se iba siempre que desaparecía de la circulación, que era bastante a menudo.  Cuando regresaba a la normalidad lo hacía de muy buen humor y bastante mas relajada de lo que era habitualmente.
__Tiene un maromo.
__¿Y por que no lo saca a la luz?, no tiene nada de extraño. Lleva años sola. Sería de lo mas normal.
__Ya sabes como es.
__Da igual como seas, no se comprende.¿Por que iba a ocultar a un novio?.
__ Tal vez porque sea el marido de alguna.
__¿Qué quieres decir, que Lola se lía con nuestros maridos?. No fastidies.
Vivimos en alerta durante un tiempo. A veces cuando Lola desaparecía coincidía con un viaje del marido de alguna. Con el de Elisa lo hizo en mas de una ocasión, tanto, que ella contrató un detective que descubrió que, en efecto, tenía una amiga, pero no era ni mucho menos Lola. Era una actriz porno de veinticinco años, rubia teñida, con las tetas de silicona y el culo operado. Patético de verdad. Mucho mejor si hubiera sido Lola. Desde ese día, descartamos que el culpable de las ausencias fuera uno de nuestros maridos y dejamos de preocuparnos. Al fin y al cabo era su vida y nosotras ya teníamos bastante con las nuestras.
__A lo mejor es espía, dijo Sofía totalmente en serio. Sofía era pura ingenuidad.
__Si, seguro. De la CIA.

Una semanas después del entierro, mientras desayunaba en mi sitio habitual, entró el subinspector, se colocó a mi altura y me dijo casi al oído:.
__Ya sabemos quien mató a  tu amiga.
__Ah si. ¿Quien?.
__La mujer de su amante.
__¿Queeeee?.Giré en mi taburete y me quedé frente a él con los ojos abiertos como platos.
__Bueno…verás. Esta mujer creyó que la persona que estaba en el coche era la amante de su marido, se acercó y le disparó en la nuca a quemarropa. Ni siquiera se dio cuenta de que no era ella.
__Un momento. ¿ Me estás diciendo que mataron a Lola por error? ¿Qué la confundieron con otra persona?.
El poli me hizo un gesto para que bajara la voz.
__Si y no. Mira, te sugiero que nos sentemos en un sitio discreto y te lo contaré todo.
Eso hicimos. Yo estaba llena de dudas. Amantes, esposas, errores.
__Verás. Esta mujer, la asesina, hacía ya tiempo que siguiendo a su marido le veía entrar en casa de la mujer que tenía que ser la victima.
__De la dueña del coche, precisé.
__Eso es. Entonces ella dio por supuesto que esa era la amante de su marido. Pero, sucede que esa señora era en realidad una alcahueta en cuya casa se veían diferentes personas buscando sexo discreto. Y curiosamente el marido de la asesina con quien follaba, perdón por ser tan directo, era con tu amiga Lola.
Yo hacía rato que le miraba fijamente sin decir ni pío. ¿Acaso este elemento, guapito de cara, me está tomando el pelo?. ¿Será una manera de insultarme por persona interpuesta por haberle ignorado hasta ahora?. Los policías son muy retorcidos.
__Oye, oye. Me estas diciendo que Lola era puta…y que en realidad la asesina acertó sin querer.
__Mas o menos, asi es. Después de interrogar a la dueña del coche, al marido de la asesina y a todos los demás llegamos a esa certeza.
__¿No me estarás tomando el pelo? Es que no tiene gracia.
El hizo el mismo gesto con las manos, que  un cura cuando dice a los fieles:  dominus vobiscum.
__No puedo entretenerme mas, dije un tanto desabrida.
__Si te parece quedamos mas tarde cuando salgas del trabajo y te cuento el resto.
Dudé, pero pudo mas la curiosidad. Al fin y al cabo soy mujer.
__De acuerdo.




Segundo y último capítulo la próxima semana…

El barrio, último capítulo



Todo este tiempo había estado residiendo en Hawai. Allí trabó amistad con un  veterano de la guerra de Vietnam. Un octogenario devoto de la Asociación Nacional del Rifle y del Tea Party, que odiaba a todo aquel ciudadano que no fuera blanco, mormón y republicano. Genaro se lo ganó a base de jamón de bellota, caviar iraní  y whiskey americano. Estaba seguro de que el yanqui conocía muchas cosas interesantes para sus propósitos.
No se equivocaba.
El napalm, muchacho, eso si que era divertido. Achicharrar charlies, quemar sus cultivos, sus cosechas, las aldeas enteras, el medio en general. Verlos salir ardiendo de entre los manglares. No creo que se hallan recuperado aun de aquellos días gloriosos para el ejercito americano. Que masacre ¡oh my God!. Fue maravilloso. Lastima que un cuáquero como Nixon ganara las elecciones, debería haber ganado Reagan. Aunque la culpa de todo la tuvo el judío de Kissinger. Lástima…Encima van esos europeos y le dan el premio Nobel. Hay que ser gilipollas…
El yanqui se quedaba traspuesto siempre que hablaba del Vietnam, como abducido por las nieblas del Mekong. Genaro le tenía preparado un Jack Daniel´s y un plato de jamón para cuando regresaba de la selva vietnamita.
Como me cuidas muchacho, te lo agradezco. Nadie se preocupa ya por mi.
Hábleme del napalm.
Es una maravilla. Barato, fácil de lanzar, huele que alimenta y una vez liberado, arde lenta e indefinidamente, ayudado por el oxigeno del aire. No deja nada con vida.
¿Se necesita un avión especial?
Que va muchacho. Es muy fácil de lanzar desde cualquier avión común y corriente.
¿Usted me conseguiría napalm?
Todo el que quieras.

Mi tía Gertrudis, la madre de Genaro, estaba sentada en el excusado por la mañana temprano cuando vio pasar un avión a ras de los tejados en dirección al barrio.
Que raro, el aeropuerto está en la otra punta de la ciudad.
De pronto se oyó un zumbido prolongado seguido por varios golpes rotundos y lúgubres, como campanadas a muerto, tam, tam,  tam; tras ellos una humareda negra se extendió sobre las azoteas mezclada con un fuerte olor a gasolina quemada.
Antes de que mi tía dejara su asiento, el avión paso de nuevo en dirección al gueto. Otra vez el zumbido, los golpes, el humo y el olor cada vez mas intenso. Y  otra vez y otra y otra…

He vuelto.
He terminado con el barrio. Esta vez si; me he ganado el puesto.
¿Que puesto?
El puesto en el barrio
En cual barrio si lo acabas de destruir, imbécil.
Genaro se sentó pensativo en el sofá del salón, la mirada perdida en un punto lejano, tal vez Hawai o quizá Vietnam. No se lo creía ni él.
Pues va a ser cierto que soy idiota.
Refundaré el barrio, dijo, mas para animarse a si mismo, que para acallar a su familia de listos.
¿Y quien vivirá en el, tú solo? Además la resistencia no te permitirá ni  acercarte. Mas vale que cojas tu avión y te vayas por donde viniste.
¿Qué?
Que te largues mientras puedas, respondió su padre hablando a gritos, porque
un ruido cada vez mas cercano y atronador, avanzaba por la calle en dirección  a la casa.
Parece un escuadrón de elefantes, dijo mi tía.
¿Has oído tú muchos escuadrones de elefantes?, preguntó desabrido mi tío.
De pronto cesó el ruido y se escuchó un grito unánime.
Libertador, libertador, libertador. Del barrio destructor.
Otro silencio.
Y de nuevo el grito:
Libertador, libertador, libertador.
Silencio.
Y el grito:
Libertador, libertador, libertador.
Genaro que llevaba puestas pinturas de guerra, mas como los indios que como los marines, salió al porche y se quedó mirando incrédulo a la multitud que se había detenido frente a la casa. En  ese momento de duda, porque no quedaba claro si eran amigos o enemigos, recordó a su admirado Mel Gibson y por una vez lamentó no ser escocés. Llevar falda le hubiera facilitado las cosas. Se volvió, se bajó los pantalones y enseño el culo a la muchedumbre.
Tía Gertrudis se tapó los ojos, para no ver el linchamiento.
Se escuchó un silencio prolongado de sorpresa  y de pronto, un orfeón de voces exclamó al unísono.
AU, AU, AU.
Han confundido a Wallace con Leonidas, dijo mi tío Gervasio, hay que ser ignorante...
Por lo menos les gusta la historia, comento mi tía, cuando recuperó la voz.
Creo que es mas bien el cine lo que les gusta.
Pues si les gusta el cine, son buena gente.
Siii, como Reagan y Schwarzenegger.

Por fin lo había conseguido. Era el jefe, aunque en este caso, de la resistencia. No  se apodaba Carnifex Maximus, aunque hubiera podido. De todos modos decidió ponerse un seudónimo como lo habían hecho a lo largo de historia todos los grandes lideres de la resistencia: Willy Brandt o Abu Mazen o Isidoro, sin ir mas lejos. Le gustaban los nombres compuestos por eso decidió llamarse Gen Locus, aunque solo como nombre de guerra, entre los camaradas. Para la nueva vida que se le avecinaba utilizaría su verdadero nombre: Genaro López Custodio primer alcalde de la Nueva Era elegido por aclamación popular.
La primera medida fue levantar otro barrio, mas pequeño y modesto, para la elite conductora de los destinos de la nueva época que acababa de instaurarse. Ya quedamos en que las élites no debían mezclarse con la plebe. El gueto anterior quedaría en pie, como un ejemplo actualizado de Sodoma y Gomorra, para que las futuras generaciones tuvieran memoria de lo ocurrido y no repitieran errores pasados.
La idea fija del nuevo gobierno ciudadano era  lograr la regeneración de la sociedad a cualquier precio. Se reformó la justicia para mandar a presidio a todo aquel  que delinquiera desde un puesto público: a la cárcel y no al barrio como venía sucediendo desde decenios. Se decretó transparencia absoluta en los ingresos de las clases dirigentes. Cualquier atisbo de enriquecimiento ilegal era penado con cadena perpetua en una prisión normal, tras devolver el dinero, por supuesto. Sin devolución, la pena consistía en trabajos forzados en un penal de máxima seguridad
Se prohibió ocupar puestos en empresas privadas al abandonar la vida política, tuviera la duración que tuviera. Se volvía a la vida anterior, ya fuera ésta de registrador de la propiedad o de albañil.
Se respiraba moral, decencia, transparencia, orden y concierto.
Se había comenzado bien; mas tarde vinieron los excesos.

Genaro y sus compañeros se convirtieron en los mister proper de la vida pública de la ciudad. Tanto limpiaron, pulieron y abrillantaron que se les comenzó a gastar la olla.
Un día, llegaron a la conclusión de que había demasiados extranjeros. Uno paseaba por las calles y los parques o se iba a comer o a tomar una copa y se encontraba muchos negros y muchos moros y muchos diferentes en general, fueran de donde fueran.
Expulsar a los que no tengan papeles. A los que hayan cometido algún delito. A todos, en general. Así habrá mas espacio y mas puestos de trabajo y menos gente en los hospitales. Y todo será mas uniforme. Mas ordenado. Mas puro. Mas ario.
Se comenzó a presionar a los masones, a los gitanos y a todo practicante de cualquier religión que no fuera la católica.
Se puso a los judíos bajo discreta vigilancia.
Otro día, con intervalo de años, eso si, decidieron restringir el acceso a la universidad; había demasiadas carreras. Era conveniente promocionar los oficios de toda la vida. Ya no se encontraban fontaneros, ni carpinteros, ni albañiles y los pocos que había cobraban mas que un ingeniero.
Esto es el mundo al revés ¿Dónde se vio?
Mas tarde,  pusieron trabas a que las mujeres ocuparan puestos de trabajo; en la vida pública, primero,  y luego en la empresa privada. Años mas tarde se les restringió el acceso a los estudios superiores. Se quiso también moderar su forma de vestir. Un poco mas tapadas estarían mucho mejor. Sería mas decente, mas acorde con la nueva moral. Faldas mas largas, nada de pantalones y el pelo recogido. O mejor, cubierto.
El cabello femenino es pura tentación.¡Por Dios! Eso si, se podía cubrir del modo que cada mujer eligiera: velo, pañuelo, gorro, sombrero. Faltaría mas.
A continuación,  se prohibieron las músicas estridentes casi diabólicas, como el rock, que secaban los cerebros de la gente. Quienes fueran sorprendidos haciendo semejante ruido serían inmediatamente sancionado con multas de un millón de euros. Los que osaran interpretar rap, serían encarcelados durante años. Ante las protestas se prohibieron las reuniones de mas de veinte personas. Con ello desaparecieron de un plumazo botellones, verbenas, romerías e incluso procesiones.
Se cerraron salas de conciertos, cines y teatros.
La contestación en la calle era continua, a pesar de la dura, durísima, represión policial.
La resistencia organizada surgió con fuerza cuando se prohibió el futbol.
La revolución estalló el día que se suspendieron “ante las algaradas y por tiempo determinado” las garantías constitucionales.
Se impuso un toque de queda
Es que no se os pueden dar libertades.
Y quedaron prohibidos los partidos políticos que no fueran afectos ciento por ciento al nuevo orden.
Este nuevo orden se sacó un mal día, un decreto de la manga, mediante el cual se perpetuaban en el poder.
Mano dura. Vara larga. Leña al mono.
Campana y se acabó.

Para entones mi primo Genaro llevaba años enterrado.
Y yo también, por suerte.




FIN

El barrio, capítulo II



Su padre se lo advirtió: Es que no solo tienes que estar tocado por un don, tienes que hacer algo muy grande, muy, muy grande. Algo excelso. El listón esta altísimo. Imposible para alguien mediocre como tu.
Mi primo Genaro, hacía méritos desde pequeño para ser diferente, pero sólo había logrado que lo expulsaran del colegio y de la universidad y el día que quiso incendiar el Congreso consiguió que lo metieran en la cárcel, lo que no habían hecho cuando puso una bomba en el metro, ni cuando voló el Pirulí de la radiotelevisión pública.
Le condeno por ineficaz, por inepto y por incompetente, porque tres errores para ganarse el apodo ya son demasiado, le había dicho el juez, que por cierto vivía en  el gueto, con el sobrenombre de Iniquus. 
Se lo había ganado por inhabilitar a todo el Poder Judicial del país que había votado a favor de reconsiderar la existencia del barrio. Todos los jueces del si, se tuvieron que ir al exilio para continuar trabajando, y el resto de compañeros que los apoyaron, también. La judicatura se transformó completamente para peor. Como casi todo lo demás.
Haré una muy gorda, amenazó Genaro.
Cumplió, aunque transcurrieron años.

Mientras, en la ciudad una incipiente resistencia iba tomando cada día mas cuerpo, pese a la férrea vigilancia. Jueces, policías y algún que otro político se ponían al frente de la ciudadanía con sentido común que era poca, todo debe decirse, porque la sinrazón se había instalado en las vidas de la gente como la cosa mas natural de este mundo. Tanto como respirar. Matar, robar, injuriar, estafar, delinquir en una palabra, era visto como un rasgo de madurez social, el resto eran apartados como gente pusilánime, incapaz, marginal, despreciable. Basura que no merecía casi ni el honor de visitar el barrio y pasearse por el. Si no fuera porque el ego de los residentes sufriría mucho, se les hubiera prohibido el acceso.
Para las gentes de mirada anaranjada, la vida transcurría feliz y la población aumentaba que daba gusto. A Genaro, el inepto, como lo apodaba su padre, la suya se le iba en discurrir modos y maneras de ganarse la plaza en el gueto sin que lograra nada definitivo que lo elevara por fin a la gloria. Había aprendido muchas cosas en la cárcel y ninguna era buena, sin embargo eran de poca trascendencia para ganarse el ansiado puesto. Prefirió no ponerlas en práctica para no irritar mas a Iniquus.
Hasta aquella tarde en la cual el nuevo alcalde, antiguo compañero de colegio, le ofreció el cargo vacante de concejal de basuras.
Espero mucho de ti, le había dicho.
No te defraudaré. Llenaré de gloria este ay-untamiento.
Para ello, atiborró la ciudad de mierda hasta los topes. Basura sin recoger durante meses, un olor insoportable que era perceptible desde kilómetros de distancia, toneladas de porquería apilada en las calles visible desde el espacio exterior; ratas y todo tipo de animales carroñeros invadieron las calles y las viviendas, surgieron enfermedades cutáneas, alergias, infecciones, seguidas de muertes por problemas respiratorios, por infartos, por asfixia, por asco. Los vecinos desesperados se mataban entre si por la mínima, se suicidaban arrojándose de cabeza sobre los montones de basura. En fin, una nueva plaga bíblica.
Esta vez, si.
Pero no. Los ciudadanos normales, los comunes, se echaron a las calles y sacaron la basura en sus propios vehículos, atropellando a los empleados municipales que osaran oponerse y arrollando a los policías locales a los que el alcalde ordenó disparar a discreción contra los voluntarios. No contaba con que estos también iban armados y terminaron por imponerse al ser bastantes mas. De este modo se acabó la huelga, con cientos de muertos de ambos bandos. Genaro no subió a los altares y se vio obligado a tomarse unas largas vacaciones, puesto que la población se empeñó en lincharlo, por cerdo. La gente común de la resistencia estaba perdiendo el miedo. Lo cual era un problema.
Me voy a algún lugar exótico, pero volveré con la solución.
¿Por qué no pruebas por el lado bueno?, preguntó el padre ingenuamente.
Porque no me sale de los cojones. Seré el Carnifex Maximus. Lo tengo decidido.

Durante el tiempo de ausencia de Genaro, ocurrieron en la ciudad problemas serios. Los resistentes se habían reunido y habían acordado una disposición que en principio pareció excesiva y dolorosa: disparar contra toda persona de ojos naranja. Muchos se opusieron dado que en el barrio vivía también gente buena.
No comprendo como siendo buenos pueden vivir allí rodeados de delincuentes de la peor calaña. Si muere alguno les está bien empleado por cómplices.
No tienen otra opción. Si te ofrecen el puesto debes ir, de lo contrario se toma como desobediencia civil y te vas a la cárcel. El gueto es un mal menor.
Yo considero que el mal menor es la cárcel.
No se puede exigir heroísmo a nadie. Además tienen familias que quedarían marcados para siempre. Lo que viene ocurriendo desde hace mucho es que los buenos lo son en absoluto anonimato. Nadie bueno realmente desea ser premiado con el barrio y esta gente nos están apoyando, ahora, desde la sombra. Consideran que la verdadera bondad, la mas prioritaria, es convencer a la población del error que lleva decenios cometiendo.
Entonces, ¿disparamos indiscriminadamente?
Si.
Los primeros cayeron sin esfuerzo, como es natural, pero rápidamente los naranjas se blindaron tras un muro de guardaespaldas cada vez que salían a la calle. Sin embargo todo fue a peor: los residentes no podían acudir al trabajo y los niños tuvieron que dejar de asistir al colegio. Era complicado abandonar el gueto. Las provisiones comenzaron a escasear, dado que la resistencia interceptaba los camiones de aprovisionamiento aunque fueran defendidos por guardas armados hasta los dientes, incluso con ametralladoras. En el último atentado, un coche cargado de explosivos conducido por un resistente suicida, se estrelló contra el camión de víveres, provocando un socavón que originó escapes de gas y dejó a oscuras y sin agua a media ciudad, barrio incluido.
Algo tan simple como ir a la peluquería resultó imposible, incluso lo fue asistir a los funerales de la gente asesinada. Hubo que improvisar una capilla dentro del barrio e incluso habilitar un columbario. Los muertos debían ser incinerados porque para construir un  camposanto no había sitio dentro del recinto y la resistencia había advertido que los cadáveres-caso de ser enterrados en el cementerio municipal- serían exhumados y arrojados a los buitres como carroña.
Esto es la guerra, exclamó el alcalde. Vamos a tener que quitar los microchips a la gente. Así no podemos continuar.
El sabio descubridor había muerto, lustros atrás,  atropellado por el tren; se dice que alguien lo empujó  a  las vías cuando ya había traspasado los saberes y no resultaba imprescindible. Los herederos de su ciencia, que también moraban en el barrio, tuvieron que hacerse cargo de la extracción, comenzando por ellos mismos. El proceso resultó algo mas laborioso que el anterior y se alargó demasiado en el tiempo. Tal vez hubiera un método mas rápido que solo conocía el inventor asesinado. Es lo que trae consigo la petulancia.

Cuando andaban en todo esto, regresó Genaro con la idea definitiva.



El último capítulo la próxima semana.

El barrio


Conseguir mudarse a esa parte de la ciudad era el sueño de casi todos, desde que aquel alcalde tan imaginativo y tan recordado tuviera la idea décadas atrás. Pero para hacer realidad el deseo había que ganarse el sobrenombre o, sería mejor decir, el nuevo nombre. El que fuera. El caso era tener uno. Hubiera sido preferible que estos sobrenombres hicieran honor a la bondad o a la grandeza de espíritu o a la creatividad, a cosas positivas en definitiva. Pero no siempre era así. Las mas de las veces, respondían a  razones muy diferentes a estas. Había gente apodada Maledictum o Latronis , aunque estos últimos elegían para vivir latitudes mas tropicales. Para que pasar frío pudiendo estar con el trasero al sol el año entero. Con lo que habían robado tenían mas que suficiente para vivir donde quisieran incluso para tener residencia en varios paraísos: Punta Cana, por ejemplo o las islas del Indico, donde pasaban mas desapercibidos.
Al principio el sobrenombre aparecía en los censos tras el nombre original. Era un gran honor. Quien tuviera uno era considerado la élite de la ciudad, incluso del país. Pero mas adelante se convirtió en un problema debido a que podía hacer mención a rasgos de personalidad poco aconsejables para hacerse públicos como ocurría con los apodados Carnifex, que pese al deje latino que tenían casi todos los apodos,  era fácilmente identificable como alguien doctorado cum laude en muerte o en el manejo de materiales susceptibles de matar, que no siempre tenían porqué ser armas de fuego o blancas. Podían ser drogas o similares que dejaban un reguero de muertos y marginados y hacían mas daño a la sociedad que las bombas de los terroristas, alguno de los cuales vivía tambien en el barrio y gozaba de apodo reivindicativo: Miserabilis.
Como les decía, hacer publico el apodo y colocarlo ostensiblemente al lado del nombre, devino en problema, puesto que, si alguien que había perdido un familiar cercano por culpa de la droga, se daba una vuelta por el barrio, y veía en el buzón: Fulanito de Tal, (Carnifex),  presumía que allí podía morar un capo de los grandes, un capo di capi, y comenzaba a idear la forma de vengarse, dándose como se dio, el caso de disparar con lanza misiles contra las casas de varios Carnifex  desde un cerro cercano, cargándose  a varias familias y ganándose con ello el apodo de Matarifex y una vivienda en el barrio. Unos se iban y venían otros iguales o peores si cabe. Pero no todo era negativo. Había alguna gente buena. Sin embargo, eso también causaba problemas. Si alguien leía Menganita de Cual,  ( Indolora) tenía la certeza de que allí vivía una mujer capaz de curar cualquier sufrimiento humano y la calle se llenaba de peregrinos en camilla o en silla de ruedas, con muletas o sin ellas, como si el bario fuera una sucursal de Lourdes sin la virgen- porque vírgenes no había, todo debe decirse- La susodicha no podía salir a la calle, ni nadie de la casa. Si cometían la imprudencia de entreabrir la cancela del jardín una avalancha humana se colaba por la rendija arrollando al osado e invadiendo la vivienda, necesitando emplear a los GEOS para despejar la casa, la calle y el barrio.

Los por entonces llamados ay-untamientos ( apodo ganado también a pulso), decidieron en pleno extraordinario y urgente, tras el ultimo desaguisado por culpa del apodo, que no podía hacerse ostentación pública del mismo. Decretaron entonces, tras días de deliberaciones, que los residentes llevaran una marca que les hiciera reconocibles, pero sin explicitar el motivo. Es decir una marca idéntica para todos.
En otro pleno anterior habían tratado de prohibir el acceso de la gente corriente; pero sin publico que los admirara y se diera con el codo cuando aparecían por la calle, para que servía el sobrenombre y vivir en el gueto. Para nada. Era mejor esta última opción, aunque tenía un inconveniente: cualquier tatuaje, marca o similar podía ser copiada y parecer así que toda la ciudad era especial, cuando la realidad era otra muy diferente. Las élites siempre son minoría, faltaría mas.
 Los ediles del ay-untamiento se reunían cada día tratando de dar con el remedio, mientras el barrio se cerraba a cal y canto a los visitantes. De pronto, el concejal de basuras recordó algo: Un científico que en ese momento estaba en la cárcel por tratar de implantar un chip a los políticos ladrones para que la cara se les pusiera roja, como de vergüenza, y así los votantes les reconocieran fácilmente y les pudieran apedrear o lo que considerasen oportuno, podía ser la solución. (Debo hacer notar que en aquellos tiempos solamente se iba a la cárcel por cosas así. A los ladrones y demás delincuentes se les premiaba con el barrio). El alcalde mandó traer al inventor y le ordenó exponer todas las propiedades del chip si es que tuviera mas de una o en su defecto mostrar otros artilugios con diferentes habilidades. El inventor disponía de varias opciones. Al final tras espesas y ásperas deliberaciones, se optó por implantar uno que cambiaba el color de los ojos.
¿Cómo es eso? Preguntó el alcalde, como si fuera muy entendido en el asunto.
 El chip actúa sobre el EYCL2 que se encuentra en el cromosoma 15 8    explicó el sabio, y transforma la melanina del iris a otro color; en este caso un color imposible de encontrar en el ojo humano: el amarillo rojizo.
O sea el naranja, corrigió el alcalde.
Llámelo como quiera. Eso se consigue alterando el pigmento del epitelio del iris que en todos los ojos es producido por la eumelanina. Pues bien mi chip la sustituye por la feomelanina-no se crea que es broma, se llama realmente así-lo cual produce ese color peculiar que les dije.
Nadie mas poseerá el invento.
Desde luego que no.
De acuerdo.
Alguien puede utilizar lentillas, observó el concejal de cultura, haciendo honor al titulo.
Muy difícil conseguir ese color mediante lentes de contacto. Además, serían muy dañinas para la vista, se defendió el inventor.
Si descubrimos a alguien en cualquier momento utilizando lentillas, le sacamos los ojos, así de claro, amenazó el alcalde que era admirador desde siempre del ojo  por ojo bíblico.

Hubo que reunir un equipo capacitado a fin de ayudar al sabio en la implantación del micro-micro chip, lo cual llevó tiempo, antes de comenzar con las operaciones que se realizaban de modo ambulatorio, sin precisar ingreso hospitalario. No obstante teniendo en cuenta la población del barrio, animales domésticos incluidos, transcurrió mas de un mes trabajando a destajo, hasta que todo el mundo tuvo los ojos color naranja.
Fue maravilloso.
La gente se apartaba respetuosa cuando veía avanzar alguien con ojos cítricos. Una mirada por encima de las gafas de sol y cualquier empleado, fuera de donde fuera, al reconocer el color, sufría una especie de transformación, acompaña de un ligero temblor de piernas,  que cambiaba la impertinencia en servilismo de modo automático. Las mejores mesas en los restaurantes, la mejor tribuna en el futbol, la mejor barrera en los toros, los mejores sitios en iglesias, bares, teatros, etc, eran para esa gente excelsa, diferente, poderosa e influyente de ojos color Fanta de naranja.
Fue lo máximo entre lo máximo, porque además nadie sabía si eran carnifex o pius, indoloros o dolendus, miserabilis o magnánimus. Todos estaban magnificados por el color del iris, sin que corrieran riesgos de venganzas ni rencores.
Es la rehostia, dijo el alcalde. Lo mas grande que ha salido de este ay-untamiento.
Y eso que habían salido cosas. Sobre todo millones de euros.
Así transcurría la vida feliz para todos, admirados y admiradores, hasta que ocurrieron dos hechos simultáneos: surgió la resistencia, por un lado, y mi primo Genaro se empeñó en conseguir unos ojos anaranjados, por el otro.


Continuará la próxima semana...

Eutanasia



 Los empleados municipales cerraron tras ella las puertas del cementerio. Miró al cielo ya casi oscurecido; en el horizonte, por encima de las montañas, se veían fucilazos presagio de la tormenta que se avecinaba.
Al contrario que la tarde, ella se sentía en calma, estaba convencida de haber hecho, por fin, lo que debía. Se sintió libre, satisfecha por haber saldado una vieja cuenta. Se sintió cómoda, a gusto consigo misma y feliz, con una felicidad que hacía muchos años no experimentaba, tantos, que se había olvidado de que existiera. ¿Quién dijo que la venganza no era buena?. Tal vez no lo sea obsesionarte con ella, pero aprovechar la circunstancia si se presenta, es lo mejor que te puede suceder ese día, aunque hayan transcurrido mil años.

Marisa se había casado muy joven. Al morir su madre, tuvo que dejar sus estudios de magisterio y  ponerse a trabajar. Conoció a su marido la primera vez que fue con sus amigas a un baile, tras el luto. Era muchos años mayor que ella. Todo el mundo le desaconsejó la relación y menos aún la boda. “Es un marino, en cada puerto un amor, tu eres muy joven y muy inexperta, demasiado ingenua”. Pero estaba tan necesitada de afecto y compañía que se lió la manta a la cabeza y se unió de por vida a aquel hombre guapo y seductor, al que casi no conocía.
Como todos predijeron, no resultó. Unos años mas tarde, tras hacerle dos hijos y ponerle los cuernos con media ciudad, desapareció de su vida. El barco regresó, pero con otro primer oficial. De él no supieron o no quisieron darle razón. Hacía tiempo que ya no mandaba dinero. Para sobrevivir, tuvo que ponerse a limpiar por las casas. Una vecina recogía a los niños del colegio y les daba la merienda. Luego se pasaban la tarde en la calle o solos en casa. Alguien denunció el caso a la asistencia social. La situación se volvió insostenible. Si permanecía en su domicilio por las tardes no ganaba lo suficiente para vivir y si no lo hacía los servicios sociales ingresarían a los niños en una Institución. Trató de localizar a su marido a través de la Naviera pero fue inútil. Obtuvo su nueva dirección, pero no tuvo respuesta cuando le puso al corriente de las circunstancias. Se había olvidado de ellos y le traía al pairo lo que les ocurriera.

Desesperada ya, no sabiendo que rumbo tomar recordó lo que tantas veces le había repetido Amparo.
Iba a arreglarle la casa dos veces por semana. Le permitía llevarse a los niños, con los que congeniaba a las mil maravillas. Muchas veces se lo había dicho:”Si tienes problemas algún día recurre a mi, no lo dudes.”
Pues bien, ese momento había llegado.
Amparo, que conocía la situación, les estaba esperando con los brazos abiertos.
__Trabajaré solamente por el alojamiento y la comida.
__¿Que dices?. La esclavitud hace siglos que fue abolida. Te pagaré un sueldo, tampoco es que pueda pagarte mucho, y aquí tendrás casa y cobijo para ti y para los niños, siempre.
Vivieron juntas diez años. Los niños crecieron felices y se hicieron adolescentes.
Aquella negra mañana habían salido para ir al notario. Amparo había decidido hacer heredera a Marisa.
__Quiero que esta casa y todo lo que tengo que no es mucho mas, sea para ti y los niños. Yo solamente tengo un sobrino que ya sabes que vive su vida y no lleva buen camino. No protestes, la decisión esta tomada. Prefiero que me acompañes al notario, pero si no vienes es igual. Haré con lo mío lo que me parezca mejor.
__Te acompaño solo hasta la notaría. Tu entras sola y haces lo que te de la gana. Yo voy a hacer unas compras y luego te aguardo en la cafetería de enfrente.
Se sentó al lado del ventanal para ver llegar a Amparo. La vio salir, aguardar en el semáforo y disponerse a cruzar cuando la luz cambió de rojo a verde. En ese momento una furgoneta de reparto a gran velocidad adelantó a la fila de coches que estaban parados y se llevo por delante a la anciana y a una joven que cruzaba tanbien en ese momento. La joven murió en el acto. A Amparo le seccionó la médula.  
Estuvo meses en el hospital. Marisa no se separó de ella ni un momento. Los médicos le hablaron de llevarla a un centro especial en otra provincia.
__No quiero ir a ningún sitio. Llévame a casa__le pidió a Marisa.
Buscó a una mujer que la ayudara para poder moverla y la instaló en la planta baja de la vivienda. Ella trasladó su dormitorio a la habitación de al lado, para estar cerca.
Después de varias semanas, cuando ya la ayudante se había ido y los chicos dormían arriba, Amparo quiso hablar con ella.
__Ayúdame a morir.
__¿Que dices, estas loca?.
__Ayúdame. No quiero vivir así. No tienes derecho a obligarme a vivir así.
__No me culpes a mi. ¿No querrás que vaya a la cárcel?
__Esa mujer que ayudó a Ramón Sampedro. No le pasó nada. La detuvieron, pero tuvieron que soltarla por falta de pruebas. Cuando lo confesó en televisión, el delito ya había prescrito.
__No lo entiendes. Yo no puedo hacerlo. No me pidas que te mate. No puedo.
__No me matas, me ayudas a morir que es distinto.
__Para mi es lo mismo
__Marisa…
__No y no se hable mas.
Amparo se lo suplicaba cada día.
__Si continuas así, te dejo aquí sola ¿Me oyes?. Cojo a los niños y nos vamos.
No volvió a decirle nada mas. Pero ella veía como el sufrimiento era cada vez mayor y como las lagrimas no se retiraban de sus ojos. Había perdido el apetito. No dormía, se pasaba las noches llorando. A pesar de los cuidados y del colchón adecuado, la espalda y los muslos se la habían llenado de escaras. No le decía nada de viva voz, pero la mirada era una permanente súplica.
Una noche su hijo mayor le había dicho:
__Mama, hubiera sido preferible que la abuela Amparo se muriera aquel día
__No digas esa cosas.
__No te enfades, es que esto no es vida. No hay derecho obligar a nadie a vivir así.
Esa misma noche se conectó a Internet y lo buscó: “maneras de suicidio”
Encontró una página de suicidas, donde lo primero era una oferta de un alemán para matarte como y donde quisieras.
__Pero, ¿esto es legal?.Como puede nadie dejar una dirección Web para ofrecer semejante cosa.
Buscó de otro modo: “cianuro potásico”. Eso fue lo que mató a Ramón Sampedro. Esta por todas partes.
Le sorprendió la facilidad para conseguirlo. En la página de suicidas ya lo habían advertido y proporcionaban, además, la excusa adecuada para pedirlo sin levantar sospechas.  Facilitaban, también, la explicación de la dosis necesaria y  de cómo se produciría la muerte.
__Es increíble.
Lo pensó durante días. Amparo cada vez sufría mas. Ella estaba totalmente a favor de la eutanasia. Pero no quería ser el brazo ejecutor. Su conciencia, posiblemente, iba a darle mucho la lata.
No tuvo mas remedio que decidirse. Fue a la página e hizo el pedido.
__Soy joyera. Lo necesito para mi trabajo.
Nadie se molestó en comprobarlo. A los dos días tenía el veneno en casa.
Esperó a que los niños se fueran de campamento. Cuando regresó de acompañarlos al autobús se lo comunicó a Amparo.
__Hazlo esta misma noche.
__Necesito tiempo para decidirme.
No durmió. A las cinco de la madrugada ya no pudo mas. Se levantó, se vistió y fue a la habitación de Amparo.
__Gracias a Dios
__¿Quieres que esperemos a mañana y que venga un cura?
__¿Para que quiero un cura, dime la verdad?
__Tienes razón.
Se acercó y le acarició la cara. Se inclinó y la besó muchas veces.
__Amparo, te quiero igual que a una madre, ya lo sabes. Hago esto porque no puedo verte de esa manera. No puedo soportar esa mirada suplicante, no…
__Lo haces porque yo quiero que lo hagas. Es tu obligación. Es un acto de amor y de compasión. Y no te pongas melodramática, ya sabes que no lo tolero. Si puedes, quédate conmigo hasta el final, pero si no lo soportas, no es necesario.
Salió de la habitación. Trajo el veneno preparado como le habían indicado. Sin que le temblara la mano levantó la cabeza de Amparo y con la otra le acercó el vaso con la paja a los labios.
Estuvo acariciándola hasta que murió. Tardo cinco minutos. Tuvo alguna convulsión pero la agonía no fue difícil.

Varios meses después, cuando ya había logrado un entente con su conciencia, tuvo una llamada telefónica.
__Marisa soy Gloria, me gustaría que vinieras a verme.
Gloria era la mejor amiga de Amparo. Le contó que estaba desahuciada.
__Tengo un cáncer de páncreas. Ni siquiera me operan. Me han dicho que la agonía será larga. Cuando empiece a perder facultades, quiero que hagas algo por mi. No tengo familia cercana. Te entregaré en mano una buena suma de dinero, para no levantar sospechas.
Salió dando un portazo.
__¿Pero que se habrá creído esta, que soy el matón de la mafia?
Volvió a visitarla semanas mas tarde. La enfermedad la estaba matando lentamente, pero de forma inexorable. Tenía dolores terribles que ninguna droga era ya capaz de calmar.
__¿Cuando quieres que lo haga?.
__Ahora mismo. Tengo aquí el dinero.
__No quiero dinero. Lo hago porque no quiero verte así.
Estuvo con ella, hasta el final. La agonía fue menor que la de Amparo.
__Espero que esto no se convierta en una costumbre. No quiero ser el ángel de la muerte. No me extraña que para algunos esto sea un oficio.
Nadie volvió a llamarla nunca mas.

Pasaron los años. Los chicos se habían marchado a la universidad. Ella llevaba una vida tranquila y discreta. Un día llamaron a la puerta a horas intempestivas. Cuando abrió, a pesar del aspecto que tenía, le reconoció de inmediato.
__Hombre, a buenas horas. Vaya viaje tan largo. ¿Te han secuestrado piratas o algo así?.
__¿No me invitas a pasar?
__Adelante.
Le preguntó por los hijos. Se alegró de que le fuera tan bien en la vida, le dijo que estaba enfermo, muy delicado del corazón, y le comunicó sus intenciones.
__Vengo a vivir aquí contigo y los niños hasta que me llegue la hora, que será pronto.
__¿Ah, si?. Mira que bien.
__Creí que me guardarías rencor.
__Como se ve que no me conoces.
Le invitó a cenar y luego en el café le disolvió todo el veneno que le había sobrado.
__Espero que no esté caducado
 Esta vez no fue por compasión. Fue porque se lo tenía merecido. El muy cabrón.
__Perfecto__se dijo cuando regresó al comedor y comprobó que había muerto.
__Mañana entierro.