El misterio de una isla, última parte

 


El estado de Irlanda se independizó de modo efectivo del Reino Unido en 1922, excepto Irlanda del Norte que optó por seguir permaneciendo en la Unión. Hasta 1931, año de su total independencia, el Éire continuó siendo un Dominio dentro del Impero Británico. En 1937 promulgó nueva Constitución y adoptó el nombre de Irlanda. En 1949, se eliminaron los vínculos restantes, y el país pasó a ser una República. El Éire no tuvo relaciones con Irlanda del Norte, durante  la mayor parte del siglo XX, pero desde 1999 cooperan en algunas políticas en el marco del Consejo Ministerial Norte/Sur.



Como consecuencia de lo anterior, los escritores irlandeses se vieron obligados a escribir en inglés, dado que para publicar sus libros tenían que acudir a Londres, donde estaban las grandes editoriales, y estas no iban a admitir nada escrito en gaélico, lengua que solo se hablaba y, cada vez menos, en el Éire.



Hoy en día, los nuevos autores están recuperando su idioma materno, y publicando sus obras en Irlanda. Quizá por esto, y pese a haber una buena hornada de autores, y en especial, de novela negra, esta no haya alcanzado una voz propia, como ocurre con la novela negra escandinava, pese a ser, para mi gusto, bastante mejor.



La tradición de novela de misterio y suspense se remonta al siglo XIX, y comienza con Joseph Sheridan Le Fanu, autor de la más famosa novela de terror: Carmilla. Otras obras muy conocidas son La Casa junto al cementerio, Te verde o El conocido.




Rebecca West, seudónimo de la periodista Cecily Fairfield, que  destacó cubriendo para la prensa los juicios de Nüremberg, fue una mujer comprometida con la causa sufragista, y una escritora muy prolífica. Mantuvo un romance con H.G.Wells, el autor de la Guerra de los Mundos, con el que tuvo un hijo, Anthony Wells, escritor de éxito. Algunas de las obras de Rebecca están publicadas en español: por ejemplo, Los pájaros caen, reeditada en 2011.



Ken Bruen. Nacido en Galway. Es el creador del detective privado Jack Taylor, del que se ha hecho una serie de televisión.


Patrick Mccabe. Famoso por sus novelas oscuras y violentas. El aprendiz de carnicero, Desayuno en Plutón, ambas llevadas al cine,  y Bosque frío, novela que a mí me encantó.


Roddy Doyle. Nacido en Dublin. Se acercó al género negro con dos novelas: Chicago Blues y La mujer que se daba con las puertas.


Joseph O´Connor. Hermano de la cantante Sinead O´Connor. Dramaturgo, novelista, y guionista de cine. Su primer éxito como novelista negro fue El crimen del Estrellas del Mar, que a mí me pareció buenísimo. Escribe también novela histórica. Es original y diferente como la hermana.

 

 


Ruth Bader Ginsburg




Ruth Bader, juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, fue una pionera en la lucha por los derechos de la mujer en su país, y por la igualdad legal de género. Su activismo no se desarrolló en las calles, si no en los tribunales, y durante el último año de su vida, su lucha resurgió con fuerza ante la opinión pública por sus sonadas diferencias con los veredictos del Tribunal escorado cada vez más  a la derecha. A sus ochenta años, Ruth Bader, se convirtió en una especie de icono pop o rock, (los jóvenes la apodaron Notorius R.B.G, en referencia al célebre rapero Notorius B.I.G), una inspiración para las mujeres y un modelo de resiliencia ante la adversidad.






Nacida en Brooklyn de familia judía humilde, fue educada por su madre, Celia, en el amor a los libros y al estudio. Su madre falleció, precisamente, el mismo día que Ruth se graduó en el instituto. Fue a estudiar a Cornell con una Beca y con el dinero que su madre había ahorrado en secreto para ella, y allí conoció al que sería su marido Martin Ginsburg, un hombre seguro de sí mismo que no temía a las mujeres inteligentes. La pareja termina sus estudios de Derecho en Harvard. Pese a las excelentes notas de Ruth, ningún despacho de abogados de Nieva York, la contrata, por el simple hecho de ser mujer, y tiene que dirigir sus pasos hacia la enseñanza en la Universidad de Rutgers.

Motivada por las desigualdades que había observado en  su vida y en su trabajo, comenzó a trabajar como voluntaria para la Unión de Libertades Civiles de América, donde creó un departamento solo para la mujer. En 1971, al alto Tribunal falló, partiendo de una de sus demandas, que tratar diferente a un hombre y una mujer es inconstitucional. Bader siempre votó a favor del aborto y de los derechos de los homosexuales y en contra de la pena de muerte.

El presidente Carter, la nombró juez de la Corte de Apelaciones de Washington, y en 1993, Clinton la propone candidata al Tribunal Supremo recibiendo su nombramiento noventa y seis votos a favor y uno en contra.




Con la llegada al Supremo de más jueces conservadores, la voz de Ruth fue quedando en minoría. Pero ella, frágil de aspecto físico, pero con mucha fortaleza y tesón, redactó apasionadas notas de disentimiento, que dispararon su popularidad incluso entre las generaciones más jóvenes.

Superó varios cánceres, y nunca faltó durante sus enfermedades, a ninguna sesión del Tribunal. Falleció por metástasis de su cáncer de páncreas. Al conocerse su muerte, las escaleras de la Corte comenzaron a llenarse de velas y flores. Antes de morir, la magistrada dictó a su nieta una nota con su última voluntad: Mi más ferviente deseo es no ser sustituida hasta que un nuevo presidente tome posesión.




El actual presidente del país, hizo caso omiso de su petición y la señora Bader acaba de ser sustituida por una juez de cuarenta y ocho años, ultra conservadora y ultra católica, que se declara en contra el aborto y del Obama Care.

Los cien de Benedetti

 




El catorce de septiembre, se cumplieron cien años del nacimiento en Paso de los Toros, Uruguay, del escritor Mario Benedetti, uno de los poetas más grandes del último siglo, y posiblemente el más famoso de Latinoamérica. 

Educado en un colegio alemán se ganó la vida como taquígrafo, vendedor, cajero, contable, funcionario público y periodista. Además de poesía escribió relatos, novelas, obras de teatro y críticas literarias.

Es el poeta más leído en nuestra lengua y también el más cantado. Tiene infinidad de premios, pero ni un Cervantes, ni un Nobel, ni un Princesa de Asturias...








El misterio de una isla, segunda parte

 



Una de mis primeras lecturas, cuando era muy niña,  fueron Los Viajes de Gulliver, del escritor y clérigo irlandés Jonathan Swift, publicada en 1726 (yo la leí unos siglos después). Recuerdo que era una edición ilustrada y que me quedé impresionada por los gigantes de 22 m. de altura y por los habitantes de la isla de Liliput, que eran del tamaño de un alfiler. Bastante más tarde supe que era una sátira del autor sobre los relatos de viajes, muy del gusto de la sociedad del momento,  a los que Swift consideraba un subgénero.

Así entré en contacto con los autores irlandeses, a los que no he perdido de vista, son una constante en mi vida y pienso que en la de muchos de vosotros; ocurre que  a veces se piensa que son británicos. Es una penitencia que arrastran, por escribir en inglés.

Voy a citar a los más clásicos, que todos conocemos.




Oscar Wilde. Si, era irlandés, nacido en Dublín, aunque se estudie como británico, porque cuando nació, Irlanda aun no se había independizado. Fue básicamente dramaturgo y poeta, pero también autor de cuentos y ensayos. Escribió una única novela El retrato de Dorian Grey, que a mí me encanta, y que tuvo en su momento críticas feroces. Es autor de un maravilloso libro de cuentos El príncipe feliz. En teatro sus obras más conocidas fueron Salomé La importancia de llamarse Ernesto. Fue juzgado y encarcelado por homosexual. Una vez libre se exilió en Paris donde murió en la indigencia.



James Joyce. Nació en Dublín. Su obra más famosa Ulysses, es considerada por muchos la mejor novela en inglés del siglo XX. Otros dicen que ni el mismo Joyce sabía de qué iba. Yo prefiero Los Dublineses, conjunto de historias breves, llevadas al cine por John Huston. Joyce es un representante destacado de la corriente de vanguardia denominada modernismo anglosajón, al mismo nivel que T. S. Elliot, o Virginia Woolf. Pasó casi toda su vida fuera de Irlanda, es por esto, quizá, uno de los autores irlandeses más cosmopolitas. Falleció en Zúrich, en 1941.




William  Butler Yeats. Simplemente Yeats. Poeta y dramaturgo, medio inglés y protestante. Su abuelo fue rector de la iglesia de Irlanda y su padre nacionalista ateo. Yeats, considerado un místico, eligió una fe propia, equidistante de ambos. Tras vivir unos años en Londres regresa a Irlanda con su madre y sus hermanos y se instala en el condado de Sligo, en casa de sus abuelos. Allí se empapa de los cuentos de hadas y de las historias de gnomos y duendes que le contaba  su madre. Citaré algunas de sus obras, aunque me gustan todas las que he leído. El peregrinaje de Oisin, El viento entre los juncos, El crepúsculo celta, La torre, L escalera de caracol, La isla del lago de Innisfree…Fue Premio Nobel de Literatura en 1923.




George Bernard Shaw. Nacido en Dublín, dramaturgo, crítico y polemista, con gran influencia en el teatro, la cultura y la política. Autor de obras emblemáticas, como Man and Superman, Pigmalión, Santa Juana…Recibió el Nobel de Literatura en 1925 y en 1938 compartió el Oscar al mejor guión adaptado por la versión para el cine de Pigmalión. Es la primera persona en recibir un Nobel y un Oscar. Está considerado el más importante dramaturgo en lengua inglesa tras Shakespeare.




Samuel Becket. Nació en Foxrock, barrio residencial de Dublín. Dramaturgo, novelista y poeta. Su obra es minimalista y sombría; pesimista acerca de la condición humana y con un sentido del humor entre negro y sórdido. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1969. Su obra más conocida es, Esperando a Godot, personaje que nunca  aparece, y que según algunos críticos es la representación de Dios, God en inglés, que nunca llega, aunque lo esperemos. El autor siempre descartó esta interpretación. La obra es, según los estudiosos, una nueva forma de entender el teatro, y trata sobre dos de los grandes temas de la corriente existencialista: la falta de significado de la vida y el tedio que se siente por el simple hecho de vivir.




Seamus Heaney. Del condado de Derry, Irlanda del Norte. Escritor y profesor. Según muchos el poeta más grande de nuestra era. Sus obras más conocidas son, Muerte de un Naturalista, donde describe los contextos rurales de su infancia, Norte, en la que trata por única vez la situación violenta en Irlanda del Norte, Puerta a las tinieblas, Huyendo del invierno…En el año 2000 publica una traducción moderna del poema épico anglosajón Beowulf, que se convirtió en un best seller. En 2005 apoyó públicamente la oficialidad de la lengua asturiana. Fue premio Nobel de Literatura en 1995.

 

En el siguiente post hablaremos de los autores contemporáneos irlandeses.

El virus diferente

 

El virus existe y es diferente a todos los coronavirus




El pasado domingo, en el programa Cuarto Milenio del periodista e investigador Iker Jiménez, se abordó el origen de la epidemia de coronavirus. Tenía dos invitados, el coronel veterinario Luis E. Martín Otero, coordinador de la Red Española de Laboratorios de Alerta Biológica, y Alejandro Brun Torres, científico del CISA, Centro de Investigación en Sanidad Animal. Los dos estuvieron de acuerdo en que el virus de Wuhan no fue creado en laboratorio, no hace falta puesto que los coronavirus existen en la Naturaleza, pero si fue “manipulado porque a medida que se va conociendo se ve que tiene muchas modificaciones, algunas muy extrañas”.

Según el coronel Martin Otero, “Sabíamos que se estaba trabajando con el virus no solo los chinos, también Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia…La OMS considera al laboratorio  de Wuhan como específico en coronavirus por la diversidad que lo rodea, sobre todo murciélagos, uno de los portadores principales. La seguridad del laboratorio dejaba mucho que desear…”

Estos científicos creen que las modificaciones del virus podrían estar haciéndose para lograr vacunas, o diagnósticos, para mil cosas positivas, pero “o no lo han manipulado bien, o no tenían suficientes medidas de seguridad y se les ha escapado”.

 Iker pregunta si el escape pudo ser intencionado, ambos científicos dudaron y se preguntaron a su vez a quien podría beneficiar, porque quien decida comenzar una guerra bacteriológica debería tener el antídoto. Pero llegados a este punto reconocen que, aunque creen que el escape fue fortuito, todo puede llegar a ocurrir.





Está demostrado que países como China, Rusia, los Estados Unidos, Corea, Japón, Alemania, etc., utilizan sus laboratorios de investigación para crear armas biológicas. Es muy difícil trazar una línea divisoria entre la investigación y el desarrollo de agentes bélicos. También sabemos hoy en día que muchos estados, probaron y prueban estas armas sobre sus propias poblaciones, en más de una ocasión, incluso sobre sus propios ejércitos. 

Recomiendo buscar Isla San Jose, Panamá, armas químicas. Aparecerá mucha más info sobre lo mismo. Buscar también, Los ensayos de armas bacteriológicas de EE.UU. sobre su propia población.



Según Noam Chomsky, filósofo, lingüista y politólogo norteamericano de origen judío, “La historia ha demostrado que las guerras mundiales se han desatado para lograr un reacomodo del sistema geopolítico, pero también para resolver de modo “Maltusiano”[1] graves problemas sociales como la sobrepoblación e incluso el estancamiento de las economías internas; una renovación a través de la destrucción”.


Malthus



[1] El maltusianismo, es una teoría demográfica, económica y sociopolítica, desarrollada por el economista británico Thomas Malthus, durante la revolución industrial, según la cual el ritmo de crecimiento de la población responde a una progresión geométrica, mientras que el ritmo de aumento de los recursos para su supervivencia lo hace en progresión aritmética. Por esta razón de no intervenir obstáculos represivos, guerras, pestes, hambrunas, etc., la especie humana se iría gradualmente empobreciéndo, incluso se podría llegar a su extinción, lo que se denomina catástrofe maltusiana.


El misterio de una isla

 



Sí, hay un cierto misterio en el hecho de que una isla casi despoblada en medio de un mar inhóspito, repleto de temporales que atormentan una costa ya de por sí complicada, tenga una de las mayores concentraciones de buenos escritores por metro cuadrado del mundo. Esta isla es Irlanda. Algo parecido ocurre en Cuba; debe de ser fruto de la insularidad. Lo cierto es que mis dos islas favoritas poseen una genialidad innata para escribir, y en el caso de Cuba para cualquier actividad artística, en general. También parece ser que ocurre esto mismo en Islandia, isla que desconozco, aunque sé que fue colonizada por monjes irlandeses antes de llegar los escandinavos.


Ogham Airenach

Hoy vamos a hablar de Irlanda, con su alfabeto propio el Ogham, presente en sus inscripciones ancestrales, que data de los años 400, a  600 de la era cristiana (los eruditos no terminan de ponerse de acuerdo en la fecha exacta), con su Literatura vernácula de varios siglos, (ciclos del Ulster y del Finn), a la que hay que añadir los relatos paganos, continuados por los monjes desde el siglo V hasta hoy, más los medievales que influyeron en el romance artúrico, traducido al gaélico. Existe también una muy interesante literatura de origen latino, de raíz religiosa, porque Irlanda no formó nunca parte del Imperio Romano. Con el paso del tiempo el inglés se fue imponiendo como lengua hablada y literaria; esta convivencia, casi siempre violenta, entre ambas lenguas gaélicas e inglesa, estimula una interacción de la que surge la gran fertilidad literaria actual del país.

Conchobar mac Nessa

De los ciclos Gaélicos, el más antiguo es el ciclo del Ulster (Rúraiocht), conocido también como ciclo de la Rama Roja. Es un conjunto de escritos en prosa y en verso, dedicados a los héroes tradicionales de los Ulaid, los antiguos pobladores del Ulster moderno, que toma su nombre de ellos. Explica la historia de Conchobar mac Nessa, hijo de la reina Nessa, rey del Ulster, contemporáneo de Cristo, enemigo mortal de la reina Maeve.


                                                     Maeve

La sociedad que describen los cuentos del ciclo, se corresponde con la europea de la Edad del Hierro. Los guerreros compiten desde carros, toman como trofeo las cabezas de sus rivales, se dejan aconsejar por los druidas y se enfrentan cuerpo a cuerpo en los vados de los ríos.


El ciclo consta de ochenta historias. La más importante es la de Táin Bó Cúailnge, en el que la reina Maeve invade el Ulster para robar el Toro Pardo de Cooley.


Fionn mac Cumhaill

El ciclo Finn o ciclo Fenniano, narra las aventuras de Fionn mac Cumhaill, un mítico guerrero celta, (que también aparece en las leyendas de Escocia y de la isla de Man), y sus seguidores, los Fianna. Está supuestamente narrado por el hijo de Fionn, el poeta Oisín. Por eso se le llama también ciclo Ossianico. Fionn o Finn significa claro en gaélico y se refiere al color del pelo blanco o brillante. Su nombre real era Deimme y según las leyendas su apodo le viene porque su pelo se tornó blanco prematuramente.

La organización revolucionaria irlandesa del siglo XIX, conocida como Hermandad Fenniana, toma su nombre de estas leyendas. Nacida para luchar por la Independencia del Eire, da paso al Sinn Fein en el siglo XX.

Existieron otros relatos mitológicos menos importantes y abundante prosa religiosa cristiana. La Leyenda del Rey Arturo, llegó a la isla y fue traducida al gaélico en la Baja Edad Media.

Escritura gaélica

Pese a la invención de la Imprenta, los textos continuaron siendo copiados a mano y trasmitiéndose por medio de los bardos. Durante el reinado de Isabel I, los bardos desaparecen cuando lo hace la nobleza del país. Se escribieron, no obstante textos clandestinos contra los ingleses como la famosa sátira La corte de medianoche de Brian Merriman.


La lengua gaélica va decayendo como lengua literaria, siendo sustituida por el inglés. Como lengua hablada casi desaparece con la emigración masiva a causa de las persecuciones y la terrible hambruna de 1845. Hoy en día existe un renacimiento gaélico, recuperándose cuentos populares, obras de teatro, poemas y novelas en la lengua vernácula.

Haremos otro Post con la Literatura moderna irlandesa.